Hablaré de política, pero no de lo que siempre en esta página de ‘Pensamiento’ he escrito desde 2015 (más de 300, y los que te rondaré morena). Hoy quiero explicar por qué en España la actual generación política no podría emular a Alemania, con la formación de una Gran Coalición.

No se trata de que en España seamos latinos y de que los alemanes tengan su mente cuadrada, ni tópicos de ese estilo. No es una cuestión psicológica ni práctica, como el común de los españoles cree. Estoy cansado de escuchar que los alemanes son más prácticos, pero no se trata de eso.

Un pueblo tan práctico como el alemán no hubiera montado las tragedias de la Gran Guerra ni habría votado a Adolf Hitler para cometer el Holocausto judío, que avergüenza a toda la Humanidad, y especialmente a los alemanes, que no quieren mirar atrás. No quieren porque, no todos, pero sí una buena parte de la generación de sus abuelos se vio inoculada por nacionalismo. De eso Europa está vacunada, y por ello los alemanes se sonrojan de su pasado.

Los alemanes son como los franceses e ingleses: las naciones más cultas de Occidente, y una potencia industrial que nada tiene que envidiar a la estadounidense. La Alemania de 1914 y de 1939 estaba más avanzada y desarrollada que nadie en el mundo y por eso la liaron parda. Su historia es muy diferente a la de otros conflictos, como el que prendió entre Hutus y Tutsis en Ruanda en los años 90, o en la exYugoslavia, con guerras como las que vivió Sarajevo, que nos helaron el corazón.

Pero vuelvo a la idea de la imposibilidad en España de formar una Gran Coalición a la alemana, entre la derecha (democracia cristiana) y la zquierda (socialdemocracia). Y no es por la mentalidad de cada uno, sino por su Historia.

Nadie más latino que el pueblo italiano, que, en los años 70, experimentó un acercamiento entre el partido Comunista y la democracia cristiana. Se truncó cuando las Brigadas Rojas secuestraron y asesinaron al primer ministro de la República, Aldo Moro. Los brigadistas era tan salvajes como los etarras.

No es la psicología de los pueblos. Nosotros y los italianos somos ¡mamma vida! primos hermanos. Ellos más superficiales y exagerados y nosotros con comunidades autónomas, todas distintas, por eso existen. 

No, la diferencia sustancial no es psicológica o cultural. La explica la Historia y la Guerra Civil en el siglo XX, y las consecuencias de los cuarenta años del franquismo. En el siglo XIX en España tuvimos tres guerras civiles entre liberales y carlistas (éstos eran mayoría social en Navarra, País Vasco y Cataluña), que retrasaron nuestro futuro, que nuestros abuelos habían olvidado. Pero la guerra de España, no. Todavía está presente, aunque estoy seguro que nuestros nietos la olvidarán, como olvidaron nuestros abuelos las anteriores. La tragedia de la Guerra de España nos ha marcado para cien años.

Un pasado que no ha marcado a Alemania, porque tanto la democracia cristiana como la socialdemocracia sufrieron la barbarie nazi.