Pensamiento

Pedro Sánchez, el títere que no se deja manipular

10 diciembre, 2014 08:40

Pedro Sánchez no lo tiene fácil. Las encuestas reflejan que su trabajo empieza a dar sus frutos y, por primera vez en años, el PSOE deja de bajar. Algunas lo sitúan como primera fuerza en intención de voto. Sánchez mejora su imagen y ahora el candidato suma y antes restaba. Sin embargo, en el PSOE alguien está molesto.

La vieja guardia está que trina, abandona la primera línea y se prepara para hacer frente a la tolerancia cero con la corrupción

Los “zapateristas” están dolidos porque Sánchez abjuró del artículo 135 de la Constitución. Esa reforma costó al PSOE más de 4 millones de votos. Miguel Sebastián, el culpable de que tengamos que pagar el desaguisado de Castor, fue su abanderado. No es el más adecuado para dar lecciones. Sólo recordar, además de Castor, que gracias a su impecable gestión el sector eléctrico está hecho unos zorros, que pagamos entre todos, gracias a las desbocadas ayudas a las energías renovables.

La vieja guardia está que trina, abandona la primera línea y se prepara para hacer frente a la tolerancia cero con la corrupción. El caso de Chaves y Griñán será la gran batalla. No quieren aceptar que los dos exlíderes tengan que retirarse si son enjuiciados en el caso de los ERO. En río revuelto, vuelve Rubalcaba. Sin estridencias pero poniendo huevos en todas las cestas. “No te extrañes si algún día lo ves de vicepresidente en un gobierno de coalición”, comenta irónico un dirigente socialista. El líder socialista dice ser un hombre cercano a Sánchez pero los de Sánchez no se fían.

Y un nuevo grupo: “las fuerzas vivas”. Cuestionan la autoridad de Sánchez. Le acusan de primar su imagen al partido; de tomar las decisiones sin contar con nadie; y de trabajar por las generales dejando al pairo a los candidatos a municipales y autonómicas. Vamos, que los candidatos –Susana Díaz, Tomás Gómez o Ximo Puig incluidos- se preparan para acusarle de sus propios fracasos. De paso le recuerdan a Sánchez que no es todavía el candidato. Es la vieja historia de “si gano, el mérito es mío”, “si pierdo, la culpa es de Sánchez- No tiene proyecto y es personalista”. Se desmarcan de este grupo dirigentes críticos como Fernández Vara, el catalán Miquel Iceta y dirigentes de Aragón, Castilla León o Galicia.

No contentos con las críticas internas, “las fuerzas vivas” han salido en tromba contra el líder del partido porque “está demasiado cerca de los catalanes en materia de la reforma constitucional”. Susana Díaz no quiere perder comba en este proceso –de momento, nonato por la intransigencia de Rajoy- y todos los días afirma que “no se podrá hacer una reforma sin Andalucía”. Lo que no dice es que ella quiere liderar este proceso y también el PSOE. Por eso, recuerda a Sánchez que no es candidato. Algunos dicen que se arrepiente de no haberse presentado. Quizá por eso ahora se reúne con el candidato derrotado, Eduardo Madina.

Sánchez ha marcado su impronta –con más aciertos que errores- y eso no gusta a los que quieren manejar el cotarro

Los críticos dicen que “es sólo un aviso”. Sánchez ha marcado su impronta –con más aciertos que errores- y eso no gusta a los que quieren manejar el cotarro. Arrecia el fuego amigo. Dicen ser los defensores del proyecto y del partido pero dirigen sus energías a debilitar proyecto y partido. Su objetivo es poner coto a un secretario general que “va demasiado por libre” para su gusto. Ahora toca poner palos en las ruedas y sacarle la piel a tiras, todo para acotarle su poder. Es inasumible para los que piensan que pueden perder en las elecciones y es insufrible para Susana Díaz que pensaba que ponía en Ferraz a un títere. Y le ha salido rana. No se deja manipular. Es sólo un aviso, dicen, pero las ascuas se han reavivado en Ferraz. Algunos siguen pensando que el PSOE es una finca de su propiedad y así se lo hacen saber a Sánchez.