El próximo 14 de marzo se abre de nuevo el plazo legal para presentar el concurso de acreedores para todos aquellos negocios que no hayan podido soportar la pandemia, por lo que se espera una gran avalancha de cierres empresariales que colapsaran los Juzgados mercantiles de muchas ciudades.

Dicho escenario será propicio para estrenar y lanzar una nueva figura: el 'pre-pack concursal'; que posibilitará realizar la venta de unidades productivas de negocios concursados a los pocos días de su declaración de concurso, permitiendo la continuidad de la actividad, pero con la liberación de parte de las deudas acumuladas que la hacían inviable económicamente.

Este mecanismo que ya se está utilizando con habitualidad en otros países permite salvar el tejido productivo con sus puestos de trabajo y evitar así mayores perjuicios a proveedores y clientes del negocio. El caso más conocido fue la empresa automovilística Chrysler, que en 2009 solicitó al tribunal de Nueva York la declaración de bancarrota simultáneamente con la propuesta de venta de gran parte de sus centros y unidades de negocio a Fiat, que fue autorizada por el Juez en poco más de un mes y con ello se salvaron miles de puestos de trabajo directos, cierres de fabricas y concesionarios, así como el efecto devastador en toda la cadena de proveedores y en algunos clientes con vehículos pendientes de entrega.

Por primera vez, hace tan solo dos meses, los Juzgados Mercantiles de Barcelona autorizaron, por esta vía y en sólo cinco días, la venta de varias escuelas de idiomas en Barcelona y Valencia, salvando 15 puestos de trabajo y 1.000 alumnos que habían pagado por anticipado su formación.

La agilidad y diligencia en la transmisión de ciertas unidades de negocio es totalmente vital para asegurar la viabilidad de la actividad, ya que los procedimientos concursales acaban con nueve de cada diez empresas que se devalúan aceleradamente al iniciar el concurso por la pérdida de confianza de proveedores, acreedores financieros y los propios clientes que rápidamente hacen colapsar la actividad.

El pasado miércoles 20 de enero, los Juzgados Mercantiles de Barcelona establecieron unas instrucciones para el procedimiento de tramitación de esta nueva figura a los efectos de dar la agilidad necesaria al proceso, preservar las garantías de los acreedores, y conferir la transparencia del proceso de venta a cualquier posible interesado, evitando así el contubernio de la picaresca española.

De esta manera, los empresarios que han agotado la liquidez y la confianza de sus acreedores estando ya abocados al cierre, y que conocen a posibles interesados en la adquisición de sus negocios, como directivos o trabajadores, proveedores o clientes, competidores u otros empresarios, que ven así la oportunidad de seguir explotando el negocio, que liberado de sus deudas puede ser perfectamente viable, podrán dar una segunda oportunidad a sus unidades productivas para seguir creando riqueza.

Para ello, el empresario deberá solicitar al Juzgado el preconcurso de su negocio, adjuntando la oferta vinculante de compra del interesado con la concreta delimitación del perímetro de la operación, para el nombramiento judicial de un especialista independiente, que deberá verificar que la oferta de compra es razonablemente competitiva atendiendo a las circunstancias concretas del negocio y que se ha explorado infructuosamente a otros posibles ofertantes para mejorar la citada oferta. Además, durante el proceso el interesado podrá inyectar la liquidez que requiera el negocio, con la garantía de que si no acaba siendo finalmente el nuevo adquirente se le reintegrará su aportación.

Sin duda, este mecanismo abrirá oportunidades de inversión en unidades productivas que son viables económicamente pero que la pandemia ha hundido con cargas insoportables para su explotador, que irremediablemente debe ser relevado por un nuevo explotador con dinero fresco y con ganas de emprender.