El 87,8% de los ciudadanos españoles opinan que los partidos de la oposición tienen que apoyar al Gobierno en todo lo posible para combatir la pandemia del Covid-19, dejando sus críticas y discrepancias para cuando por fin hayamos conseguido superar esta grave e inesperada crisis sanitaria. Aún son más, en concreto el 91,4%, los ciudadanos españoles que opinan que entonces, una vez superada esta pandemia, los partidos políticos deberían llegar a grandes acuerdos para enfrentarse a la crisis económica y social que nos afectará con efectos devastadores.

Estos son algunos de los datos más significativos del más reciente barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que por otra parte constata un cierto retorno al bipartidismo imperfecto de nuestro sistema de partidos, con una ventaja muy clara para el PSOE (31,2%) frente al PP (21,1%), con Vox en descenso pero manteniendo su tercera posición (13%), UP (12%), y C’s (7,6), con porcentajes inferiores para las restantes formaciones políticas que cuentan ahora con representación parlamentaria, como ERC (3,3%), JxCat (1,4%) y PNV (1,2%), entre otros.

Son todos ellos datos discutibles, como lo son los de todas las encuestas, pero no parecen muy desencaminados, sobre todo por lo que respecta a la opinión muy ampliamente compartida por la ciudadanía española sobre la necesidad urgente de grandes acuerdos de Estado, ahora y en el futuro más inmediato, ante el tremendo desafío provocado por esta terrible crisis sanitaria, con unos efectos económicos, sociales y laborales que pueden hacernos retroceder hasta algunas décadas.

Hace apenas poco más de un mes me preguntaba yo mismo, en un artículo, ¿Qué quedará de Ciudadanos? Me lo preguntaba preocupado por la deriva progresiva derechista tomada por una formación política nacida con voluntad de centro-izquierda progresista, o cuando menos liberal, pero que con Albert Rivera como líder indiscutido e indiscutible se había decantado por hacer un frente común con el PP, con Vox como aliado, en algunas comunidades autónomas y en gran número de municipios. Ahora se le abre a C’s, y en concreto a su presidenta, Inés Arrimadas, la posibilidad de rectificar. Y parece dispuesta a hacerlo: “Sánchez nos ha maltratado, pero no me dejaré llevar por rencillas. Me conformo con que no triunfen las ideas de Podemos”.

Por primera vez en muchos meses, y en especial desde la configuración del actual Gobierno de coalición entre PSOE y UP, la presidenta de C’s se desmarca con claridad del PP y sobre todo de Vox. Porque estos dos partidos de derechas rivalizan en su oposición frontal e implacable, descarnada y extrema, pura y dura, al Gobierno presidido por Pedro Sánchez. Algo que es lógico y natural en un partido como Vox, tal vez el más antisistémico de todos los partidos que cuentan ahora con representación parlamentaria. Pero esto no es nada lógico ni natural en el PP, y mucho menos todavía en C’s, como parece haber entendido Inés Arrimadas.

La sociedad española reclama con urgencia grandes acuerdos de Estado, no solo ahora para hacer frente con la necesaria unidad a la crisis sanitaria a la que nos enfrentamos, sino también para nuestro más inmediato futuro colectivo, para encontrar respuestas adecuadas al inmenso desafío económico, social y laboral al que indefectiblemente nos abocará esta terrible primera pandemia global.

Inés Arrimadas, y C’s como partido, deberían tener en cuenta que el cartero siempre llama dos veces, como señalaba James M. Cain en su célebre novela policíaca doblemente versionada por Hollywood, pero que en ningún lugar está escrito que el cartero siga llamando siempre.