Nunca he sido de monarquías parlamentarias, pero cada país tiene su historia. En abstracto, prefiero las repúblicas, pero con la experiencia que hemos tenido en España me quedo con la monarquía constitucional de Felipe VI.

La banda de Ada Colau, Roger Torrent y Alberto Garzón no hace sino corroborar mis preferencias. No dejo de sorprenderme de tanta tontería.

Permítanme una frivolidad: hasta 2003, cuando por la noche llegaba a casa, mi familia sabía que iba a poner La 1 de TVE. Mi mujer no entendía mi fijación por ese canal. Nunca le dije que mi afición era por la presentadora Letizia. Los asturianos siempre me han gustado desde los tiempos de Don Pelayo, pero las asturianas más.

A la periodista le faltan cinco kilos, desde que entró en la familia real, pero sigue siendo la reina más bella de Europa. No le tuve celos al Príncipe cuando en los Premios de Asturias 2003 se conoció su noviazgo. Al contrario, me hizo ilusión que mi presentadora favorita iba a ser mi reina.

El 3 de octubre de 2017, el Rey cogió el toro por los cuernos y dijo lo que tenía que decir: que nadie puede pasarse la Constitución por la entrepierna, y que la ley está para cumplirse.

Que la Constitución no son Diez Mandamientos y, por lo tanto, pueden cambiarse uno o los diez, pero siguiendo el ordenamiento aprobado por todos los españoles que lo votaron. Yo no tenía edad.

El 3 de octubre de 2017, el Rey cogió el toro por los cuernos y dijo lo que tenía que decir: que nadie puede pasarse la Constitución por la entrepierna, y que la ley está para cumplirse

Este lunes la Colau le dijo que no quiere hacerle pleitesía porque el Rey no es un mediador entre los políticos; que no es equidistante entre los que quieren romper España y quienes no.

Nos toman el pelo por la patilla. ¿Qué rey constitucional o presidente de la República puede ser neutral ante el jaque al rey o a la Constitución?. Hay que estar loco para plantearlo.

Me cabrea que nos quieran tomar por tontos. A Ada le salva el pasado que tiene de las PAH, los desfavorecidos de Barcelona le están agradecidos porque vieron en la encarnación de la nueva política, como a Pablo Iglesias o Albert Rivera, pero no existe vieja o nueva política.

La política es tan vieja como la Historia. Lo que sí hay buenos y malos políticos. Los buenos son los que hacen progresar la sociedad que gobiernan, se preocupan por el bien general, y que sean honestos.

La honestidad no tiene que ver con la ideología. Pongo un ejemplo británico para que se me entienda bien Winston Churchill y Margaret Thatcher eran del mismo partido, los torys, pero uno unió al país y la otra lo separó; y un laborista fue a la guerra de Irak...