En estos días de tanta información, se me ha quedado un tuit en la cabeza. Sobre el procés y el referéndum decía algo así como que "follar (votar) es legal, lo que es ilegal es violar (el referéndum en este caso)". En el título hemos cambiado el orden pero creo que cualquier lector tendrá claro el significado. Nadie prohibe, ni jamas prohibiría, follar, pero está claro que en las sociedades normales violar es un delito.
Puntualizamos sociedades normales y puntualizamos violar. Obviamente con la propaganda vomitada por TV3 y medios afines, con una ideología cercana a la Europa de los años 30, cualquier sociedad es todo menos normal. Por otro lado, violar la Constitución, violar una ley de una manera tan sádica y tan autocomplaciente, sólo puede tener una explicación más allá del bien y del mal. Frase por cierto del filosofo Nietzsche que sin lugar a dudas aquí poco tiene que ver con el amor.
Cataluña se ha convertido en la vergüenza de la Europa democrática
En pocas horas veremos cómo se suceden las cosas. El mundo ahora sí nos mira, pero no por querer votar, sino por la violación colectiva de miles de personas de unos derechos de millones de personas. Hacía decenas de años que, en las sociedades modernas, no se había visto un movimiento con tal clase de racismo, supremacismo, tan visceral. Cataluña se ha convertido en la vergüenza de la Europa democrática.
El depresivo y el llorón son los responsables máximos de cualquier incidente. Esperemos que esa responsabilidad por acciones tan criminales sea tomada de una forma contundente. Una democracia no se basa en votar sino en respetar lo votado. Cuando individuos se saltan toda normativa y toda ley chuleando el sistema deben ser suprimidos de una forma expeditiva. No hay duda de que el pueblo catalán, del que muchos formamos parte, no merece ser conocido en el exterior como unos violadores. Recuerden que todos tenemos derecho a follar pero nunca tenemos derecho a violar. Y a quien le guste violar es un enfermo muy peligroso.