Una de las peores cosas de los políticos es que hagan en política lo que jamas han hecho anteriormente en su vida privada. En general, una vida anterior sedentaria marcada siempre bajo dos patrones comunes. Bien falta de recursos, bien falta de capacidad o, incluso, en la mayoría de casos, algo más sencillo: simplemente una demostrada y manifiesta incapacidad parar gestionar sus recursos o sus capacidades.
Ada Colau llegó al Ayuntamiento de Barcelona hablando de transparencia. Hace unas semanas voló a Nueva York y ha sido imposible rastrear si fue en business o en turista
Ada Colau llegó al Ayuntamiento de Barcelona hablando de transparencia. Hace unas semanas voló a Nueva York y ha sido imposible rastrear si fue en business o en turista. Según parece, no es información relevante para los ciudadanos. Esto podría ser hasta una nimiez para muchos lectores. Si no fuera porque la alcaldesa hace gala de ese tipo de demagogia donde ciertos temas pasan de la comodidad a la moralidad, según el tercio de su privilegio.
Solo sabemos hasta la fecha los detalles de su anterior viaje internacional a Alemania. Allí confirmo el ayuntamiento un gasto de 12.727 euros para una estancia de dos noches más tres vuelos de hasta 8 personas. Según las averiguaciones, siguiendo el programa: un vuelo Barcelona-Leipzig un miércoles; un vuelo Leipzig-Munich un jueves, y un vuelo Munich-Barcelona el viernes. Dos noches, además, una en Leipzig y otra en la capital bávara, Munich.
Quien vuela sabe que entre semana los vuelos acostumbran a ser más baratos. De las posibles combinaciones aéreas encontramos con facilidad vuelos a Leipzig por 50 euros vía Vueling. En el vuelo interno en Alemania el precio se eleva a 70 euros vía Lufthansa. Mientras que el vuelo Munich-Barcelona tiene varias combinaciones con precios también sobre los 50 euros. Contando el séquito de la alcaldesa, ocho personas, saldría un precio total sobre 1.400 euros para todos los vuelos. En estos vuelos apenas hay clase business, y la compra tardía podría significar un incremento, en esos destinos, del 50-60% en cada billete.
En los hoteles la austeridad debería ser la pauta de la nueva alcaldesa. Pero vamos a considerar que esa austeridad no pasa por encima de la intimidad. Consideramos, pues, una habitación para cada miembro del equipo de Ada Colau. Un simple repaso a Booking permite ver que magníficos hoteles de 4 y 5 estrellas se mueven sobre los 100 euros la noche. En el caso de Munich, más caros, pero podríamos conseguir sobre 150 euros un magnífico hotel de 5 estrellas. Obviamente, allí hay Hoteles de 400 euros la noche e incluso alguno con suites de lujo más caras. Algo impensable para una persona austera como Ada Colau.
Ada Colau siempre ha pedido transparencia. Ahora sería bueno que desde el primer viaje ofrezca esa transparencia con claridad
Toda esta suma es de unos 4.000 euros. Muy lejos de los casi 13.000 euros declarados por el ayuntamiento. Para más inri, la institución indicó que la mayoría del gasto fue --cita literal-- "básicamente el transporte y alojamiento". Esto debe hacernos reflexionar. Si en el vuelo no hay más opción, los sobrecostes están en los alojamientos. Con esos números, ¿quizás más de 300 ó 400 euros la noche? Sin lugar a dudas, muy por encima de las posibilidades de Ada Colau cuando era una simple activista. Ya saben, esa época de abeja maya donde los privilegios, al ser de terceros, debían ser criticables.
Pero vamos un poquito más allá. Pensemos en su reciente viaje a Nueva York. ¿Viajó Ada Colau en business? ¿Viajó su equipo también en business? ¿Usaron hoteles acorde a su discurso social? ¿O pagaron a costa de los ciudadanos de Barcelona hoteles de lujo nunca imaginables, y siempre criticables, desde su discurso de activismo social?
En Alemania, como quien dice aquí en la esquina, el dislate fue de casi 9.000 euros de diferencia entre una buena "gestión del viaje" y el efectivamente realizado. Casi tres veces más que el precio observado por cualquier ciudadano de a pie simplemente por Booking o Vueling. Imaginen en Nueva York, con unos precios claramente superiores. ¿Será este el primer agujero del ayuntamiento? Porque no olvidemos de dónde viene Ada Colau, y qué decía hace unos meses. Quizás con más motivo sea bueno que, desde la oposición --incapaz incluso de hacer estas estúpidas cuentas-- y, cómo no, desde el propio ayuntamiento, se expliquen con detalle (nombres y compañías) adónde ha ido ese dinero de todos.
Ada Colau siempre ha pedido transparencia. Ahora sería bueno que desde el primer viaje ofrezca esa transparencia con claridad. Si considera que debe viajar en business, que lo explique. Quizás hasta puede ser coherente con su cargo. Pero, entonces, no se entiende que lo esconda. Tampoco se entiende cómo se esconde el detalle de los gastos en los viajes de la alcaldesa y su equipo. Quizás, y sólo decimos quizás, más de un votante de su partido se verá sorprendido con que una cosa es decir las cosas mientras se asciende y otra bien diferente es hacerlas cuando allí se está. Y gente como Colau, que han hecho de la demagogia su forma de ascenso social, deben ser transparentes hasta la última coma. Por eso, con serenidad y simpleza, señora Colau: ¿Viajó en business a Nueva York? ¿Se alojó en hoteles de lujo?