Pensamiento

No importa el pescado sino el cocinero

7 enero, 2016 00:42

José Bergamín es el escritor de la generación del 27 que más grima me da. Tengo motivos: cuando estalló la Guerra Civil no era ningún adolescente enfebrecido por los calores de julio (tenía 41 años), y no sólo decía lindezas de esta jaez: “ser enemigo de la URSS es ser enemigo de España”, sino que en el Madrid del 'No pasarán' señalaba con el dedo, en una columna de opinión, quién debía morir. La columna era muy explícita: 'A paseo'.

Tras un largo exilio de treinta años volvió a España para instalarse en San Sebastián. Se había vuelto batasuno y en su testamento vital dejó escrito que no quería ser enterrado en tierra española. Los gusanos, que no hacen distingos ideológicos, lo devoraron en el cementerio guipuzcoano de Hondarribia. En España.

Es el ángulo ideológico el que marca tu visión de la vida

Entenderán por qué no me gusta este señorito madrileño pero como no hay vaca negra que no tenga algún pelo blanco, dejó escrito un aforismo que siempre ha estado en mi cabecera: “Si fuera objeto podría ser objetivo, pero soy sujeto y por lo tanto soy subjetivo”.

Tenía 25 años cuando me presenté con esta cita como director a mis lectores vallesanos. Casi treinta años después, cuando me retiré, mis amigos de fatigas periodísticas me regalaron en una cena homenaje, entre otras cosas, ese editorial fechado el 7 de septiembre de 1983 enmarcado en un cuadro que cuelga en el estudio desde donde escribo.

En esa presentación decía que per se no podía ser objetivo, siguiendo el aforismo de Bergamín, pero que me comprometía a ser honesto.

Treinta y dos años después continúa siendo mi abc.

En Comú Podem de Ada Colau es el caballo de Troya en casa de los no separatistas, porque la mayoría de votos que ha conseguido no pertenecen a los que sueñan con romper España

Cuando lo escribí recordaba la catedral de Santiago de Compostela. Si la miras por la puerta principal, la plaza del Obradoiro, el estilo es barroco; pero si vas a la fachada de la Platería, te encuentras con la puerta románica primigenia. Es decir, según donde estés verás un estilo distinto. Y no dirás mentira. Si sólo cuentas eso describirás una parte de la realidad, no la realidad entera. Desde una sola perspectiva.

Es el ángulo ideológico el que marca tu visión de la vida.

Artur Mas es un héroe o traidor, no según lo que sea él, sino lo que seas tú. Lo mismo que Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias o Albert Rivera y cualquier otro hijo de vecino...

Este largo preludio, que ya ocupa dos tercios del artículo, lo hago tras haber leído a Agustì Colomines, analista orgánico de JxSí como Pilar Rahola y Francesc-Marc Álvaro, que Podemos es el enemigo número uno del procés, porque es el caballo de Troya del independentismo. La quintacolumna.

Esta dialéctica es como hablar con un muro. Dialogo de sordos. Es un menú a elegir entre dos platos. Cada comensal elige el que más le gusta

Precisamente yo había llegado a la conclusión contraria: En Comú Podem de Ada Colau, y lo explicaré en el próximo artículo, es el caballo de Troya en casa de los no separatistas, porque la mayoría de votos que ha conseguido no pertenecen a los que sueñan con romper España.

El ex colega Colomines explica con poderosas razonas su argumentario, pero, como el mío, el suyo sólo lo compran sus convencidos.

Por eso esta dialéctica es como hablar con un muro. Dialogo de sordos. Es un menú a elegir entre dos platos. Cada comensal elige el que más le gusta. O mejor aún: no importa que la trucha sea fabricada en piscifactoría o natural pescada río arriba, sino del cocinero que la sirve.

Pero yo sé que mi pesca no es de piscifactoría sino de río arriba.