Pensamiento

Nadie sabe nada

22 julio, 2016 00:22

Desde que el martes pasado la urna del Congreso puso en evidencia que diez diputados, parece que de los grupos nacionalistas, habían apoyado --sorprendente y ¿subrepticiamente?-- el pacto del PP y Ciudadanos para las vicepresidencias de la Mesa, las cábalas no han tenido un momento de respiro.

Y no es para menos, porque en realidad el pacto del centroderecha español no necesitaba ese respaldo adicional. Su materialización es como poner de manifisto una capacidad de maniobra de la que el PP, con sus 137 diputados pelados, carece.

Lo único que está claro es que la concesión del grupo parlamentario para CDC-PDC forma parte del guiso. Y poco más. No se sabe qué obtiene el PNV. Ciudadanos --para su mosqueo-- no estaba al corriente del arreglo, como tampoco el PSOE ni Podemos. Ni la gente del mismo PP, que ahora anda en explicaciones bobaliconas y contradictorias. Nadie sabe nada.

Dicen que Mariano Rajoy no usa una libreta azul como aquella donde José María Aznar apuntaba sus secretos, pero los tiene. Y bien guardados.

Si consigue formar Gobierno, habrá sido el candidato a presidente que logra llegar a la Moncloa --quedarse, en su caso-- con menos apoyo parlamentario de la historia de la joven democracia española. Un hito.

Visto lo visto, quizá no sea solo una coincidencia que el siguiente en el ranking de presidentes con debilidad parlamentaria fuese Aznar en 1996, cuando tuvo que aprender catalán para desalojar al PSOE del Gobierno porque solo disponía de 156 escaños. Habrá que ver hasta dónde llega Rajoy para conseguir sus objetivos, pero de momento este hombre, a quien alguien bautizó acertadamente como estafermo, ha contagiado sus ritmos a toda la política española. Incluido el jefe del Estado, que en lugar de convocar ya a los grupos políticos para las consultas de cara a la investidura deja la ronda para la semana que viene. Como aquel que dice, se tumba en la hamaca y se fuma un puro.