La periodista y escritora uruguaya Isabel Pisano /  JAIME GARCÍA

La periodista y escritora uruguaya Isabel Pisano / JAIME GARCÍA

Pensamiento

Isabel Pisano, la mujer poliédrica

Pisano tuvo relaciones con Waldo de los Ríos y con Arafat, y siempre quedará la duda sobre qué hay en ella de verdad y de representación

18 octubre, 2020 00:00

Isabel Pisano, actriz uruguaya, actualmente permanece internada en una clínica en Madrid con Alzheimer. Su carrera ha sido tan poliédrica como apasionante. En España es especialmente conocida por su papel en Bilbao, la obsesiva película de Bigas Luna; en Italia, por su papel en Casanova de Fellini. En Bilbao (1978) hacía el papel de prostituta que fascina a un extraño psicópata, interpretado por Ángel Jové, que la secuestra con mucho morbo y neurosis voyerista. Como actriz interpretó también películas de desigual valor, marcadas por su perfil erótico, tales como Violación fatal (1978) o Corridas de alegría (1982).

Pero su proyección profesional no acaba como actriz de cine. Fue corresponsal de guerra para la RAI y El Mundo, cubriendo los conflictos de Palestina, Líbano, Chad, Irak, Bosnia y Somalia. Fue la única periodista presente en los bombardeos de Basora en Irak en 1993. También como periodista ha hecho reportajes más o menos frívolos para Marie Claire y Oggi. La Asociación de Revistas de Información en España la galardonó con el título de “la mejor periodista del año 2002”.

En su vertiente como escritora ha publicado libros eróticos como Trilogía de perversos (1995) que fue finalista al premio La Sonrisa Vertical y una biografía de su amigo, el director Bigas Luna. Su libro más conocido es Yo, puta (2001), una radiografía del mundo de la prostitución que parece conocer bien, en el que mezcla el reportaje periodístico, la biografía y el papel de los hombres. De ese libro ella hizo un guion que se convirtió en una película (2004), con Daryl Hanna haciendo de prostituta de lujo, Denise Richards en el papel de una estudiante escribiendo una tesina sobre la prostitución y Joaquín de Almeida, haciendo de voyeur y al mismo tiempo seductor.

La escritora y reportera de guerra Isabel Pisano / VICE

La escritora y reportera de guerra Isabel Pisano / VICE

Su popularidad le llevó a participar en Gran Hermano Vip en el año 2009. Pero la vida de Isabel Pisano ha estado muy determinada por sus dos historias de amor. En la primera, ella quedó estigmatizada cuando su marido se suicidó en 1977. Infatigable grafómana, escribió el Mundo fantasma (2002) dedicado a evocar su rol en este relato. Waldo de los Ríos tenía 43 años cuando se quitó la vida. Era diez años mayor que ella. Como música y arreglista tuvo un éxito apoteósico. Inopinadamente, en el marco de una depresión, se disparó un tiro en la cabeza el 28 de marzo de 1977. Nadie entendió la muerte del que había convertido la Novena Sinfonía de Beethoven en el Himno a la Alegría que cantó Miguel Ríos.

El caso Waldo de los Ríos

Obviamente, todas las miradas se pusieron en la relación del presunto homosexual Waldo de los Ríos con Isabel. En su libro se constata que ella, muchos años después, no se había librado todavía del fantasma que se le colgó: la perversa infiel en un juego sadomasoquista por medio. Según Isabel, el día de autos Waldo se fue comer al mejor restaurante de Madrid con su mejor coche, volvió a su magnífica vivienda en el Olivo cerca del aeropuerto de Barajas, llamó por teléfono a varios amigos, intentó telefonear a Isabel que estaba en Roma, sin conseguirlo y se pegó un tiro. Los medios especularon con la idea de que había habido algún tipo de chantaje por la vida paralela de Isabel.

La periodista uruguaya Isabel Pisano / TELEK

La periodista uruguaya Isabel Pisano / TELEK

La biografía de ella se completa con la relación que tuvo durante doce meses con Yasir Arafat, el jefe de la OLP, a quien le dedicó una biografía íntima. Arafat, al que algunos calificaron de homosexual y que murió en el año 2004 a los 75 años, tuvo su momento más feliz en los años noventa (fue Premio Nobel de la Paz y Premio Príncipe de Asturias en 1994). En 1990 tuvo la vinculación íntima con Isabel Pisano que escribió en el 2011 que Arafat había muerto envenenado. Según ella, vivió durante la relación en constante sobresalto e insiste en la pasión amorosa que le acompañó. La relación acabó cuando él decidió casarse con Suha Tawil cuando él tenía 61 años y ella 27. Pisano es rotunda: “le amé muchísimo y él me dio también mucho amor. Mientras estuve a su lado me sentí la reina del universo. Aunque la realidad, no sé si era sincero del todo”.

Isabel Pisano es un perfecto ejemplo de biografía construida por ella misma. La realidad de lo que ha sido su vida nadie la sabe por más que ella no ha hecho otra cosa que escribir de sí misma. Con un innegable nivel cultural (parece ser que estudió en la Universidad de Urbino, con estudios pagados por el marido Waldo de los Ríos), siempre ha hecho gala de una ideología de izquierda radical que, según ella, le venía de su padre, comunista.

Isabel Pisano y su marido Waldo de los Ríos / GOOGLE

Isabel Pisano y su marido Waldo de los Ríos / GOOGLE

En los últimos años antes de perder la memoria, más que de su vida personal, le gustó presumir de identificación con la problemática palestina: “Me entregué a Palestina y a su causa sabiendo que nunca más había de dormir sueños tranquilos, pero solo viviendo para Palestina después de haber conocido su tragedia, puedo considerar que mi vida vale la pena y que mi nacimiento no fue un accidente de la naturaleza, que estaba desde el principio de los tiempos a eso y solo a eso. No hay batalla más sublime ni más alta ni más hermosa y, ¡ay de mí!, ni más dura que exigir la devolución de los derechos humanos en Palestina”.

El gran problema con Isabel Pisano es delimitar lo que hay en ella de verdad y de representación.