Los españoles no nos valoramos como merecemos. No es un complejo de inferioridad sino el resultado de un mal Gobierno que viene de antiguo. La Historia de España se empezó a joder hace más de 200 años, con la muerte del mejor rey Borbón, Nuestro Señor Carlos III, en que en lugar de subir al tren del progreso compramos un billete de regreso de la mano del peor maquinista de nuestra Historia. No había otro tan malo como el rey Fernando VII, el mal llamado El Deseado que nos trajo la Inquisición, que de Santo Oficio solo tuvo el nombre…

El rey Felón (Pablo Casado así ha calificado a Pedro Sánchez; cuando se le calienta la lengua se pasa cinco pueblos), pero el presidente de gobierno tampoco es inocente: muda la piel verde hermosa de culebra --no creo que sea de cobra-- según sea su interlocutor. El presidente pretende una quimera para pactar con Quim Torra, que como los tontos repite la cantinela de nada sin el derecho de autodeterminación. Tratan de tontos a los indepes con un soniquete imposible de pactar, pero todos lo saben porque el de Blanes es el monaguillo al servicio del sacristán. Nadie se atreve a decir que el rey está desnudo.

En su día lo dije con Rajoy y ahora con Sánchez. El presidente puede aprobar lo que quiera si consigue una mayoría parlamentaria pero tiene que cumplir la ley si no quiere seguir los pasos de los indepes en el juicio iniciado ayer 12 febrero. Los separatas, que no son tontos, lo saben, pero lo único que desean es el eco mediático en defensa de los detenidos y bullir la olla para encorajinar a sus electores. El papel de la Nostra es el eje de esta cuerda cansina…

Me aburro de repetirme y como, si me aburro, aburro al lector, no lo repetiré. Porque quien no lo entiende es porque no lo quiere entender. Me ahorro escribirlo. ¡A mí, que tanto me gusta escribir! Dialogar entre sordos es un aburrido monólogo al que Sánchez está obligado porque llegó para abordar un problema que no tiene solución.

Mariano Rajoy es un hombre feliz no solo porque el Real vuelve a ser el Madrid sino porque el advenedizo de la Moncloa se ha comido un marrón putrefacto. No me creo que personas inteligentes se traguen tanta mentira. Mienten como bellacos…