Hay gente de la que nunca te libras. Los hay que hacen mutis por el foro un buen día, tú crees que te has librado de ellos y, al cabo de un tiempo, te los encuentras ocupando algún cargo de cierta relevancia, puede que no tanto como el que tenían cuando les dio por desaparecer momentáneamente por los motivos que fueran, pero siempre con cierto aire de chollo o bicoca. Fijémonos en Elsa Artadi: era una indepe de tomo y lomo que sonaba para aspirante a alcaldesa de Barcelona cuando dio la espantada, se olvidó de la posible alcaldía, de su querido Puchi y de su partido y se borró del mapa. ¿Se asustó por su papel durante el prusés, que podría haberle traído problemas con la justicia, y se lanzó en busca de un perfil bajo? No lo sabemos, pero dimitió de todas sus responsabilidades políticas e inició una etapa de descanso y relajación –como la protagonista de la novela de Otessa Mosfagh- que ha dado por finalizada al fichar por Foment del Treball como consejera de presidencia, nada menos. Teniendo en cuenta que el señor Sánchez Llibre no es precisamente el Hombre del Maletero y que la asociación que preside no tiene el menor interés en la independencia de Cataluña, sería lícito preguntarse qué pinta ahí la señora Artadi y qué méritos ha hecho para ser fichada por una institución capitalista y burguesa a la que se la sopla la soberanía del terruño. La verdad es que con esta jugada no quedan bien ni la contratada ni el responsable del fichaje. Y uno se queda con la impresión de que el prusés, aunque no conduzca a lo que tiene que conducir, es muy útil a quienes se han movido en su seno para encontrar trabajo, practicando la versión catalana de la muy española práctica de las puertas giratorias. ¿Le interesa a Sánchez Llibre la agenda de Artadi? ¿Se ha olvidado ésta de sus veleidades independentistas y solo piensa en ganar pasta? Dudo que ni el uno ni la otra nos expliquen las interioridades del pacto, pero éste se revela muy útil para hacernos a la idea de que, efectivamente, hay gente de la que no te vas a librar jamás.

¿Y qué me dicen del caso Nuet? A Joan Josep Nuet, antiguo estalinista reciclado en patriota de ERC, lo perdimos de vista hace un tiempo, después de que lo inhabilitaran por su pertenencia a la Mesa del Parlament, cuando se pasaba la vida diciendo que no era independentista, pero siempre se estaba solidarizando con los independentistas y hasta se rebotaba si no le caía el mismo castigo que a ellos. Un buen día desapareció del mapa político catalán, suponemos que volvió a ejercer de profesor de secundaria y creímos, ¡ilusos!, que nunca volveríamos a saber nada de él. Error. Craso error. En ERC se han acordado repentinamente de él y le han dado un cargo en el gobiernillo: director general de relaciones institucionales (sea eso lo que sea). Algo me dice que el sueldo de su nuevo puesto de trabajo será ligeramente superior al de un profesor de instituto. Artadi no es la única en recurrir a las puertas giratorias.

Por su parte, la jefa de la ANC, Dolors Feliu, entra en el gabinete jurídico del departamento de Presidencia del gobiernillo, pero sin abandonar su vida de activista. No sé si el sobresueldo es lo que pilla de la ANC o lo que cobre de Presidencia, pero es evidente que esta mujer acaba de prosperar en la vida: el prusés es, como podemos comprobar, una excelente agencia de colocación. Incluso cuando parece que algún procesista ha salido perdiendo con el cambio, luego resulta que no es así: puede que Mònica Terribas dé la impresión de haber perdido estatus al pasar de Catalunya Ràdio a Omnium Cultural –donde ejerce de segunda de a bordo de un filósofo sin obra porque dedica todo su tiempo a medrar-, pero no olvidemos que está al frente del departamento de no ficción de Mediapro, donde seguro que caen más monises que en Can Antich. ¡Si hasta Pilar Rahola, tras ser basureada en La Vanguardia y en TV3 ha encontrado refugio en El Periódico (diario del que abominaba) y en 8TV (canal que recoge a todos los deshechos de tienta del lazismo)!

Las puertas giratorias están bien engrasadas para los héroes y heroínas del prusés. El régimen cuida de los suyos. Y sí, definitivamente, hay gente de la que no te vas a librar jamás. Asúmelo.