Molesto ante las suspicacias (por usar un término suave) que ha levantado el nombramiento a dedo de su fiel Vicent Sanchis como director de TV3, el molt honorable Cocomocho ha tenido la ocurrencia de acusar a Catalunya Sí Que Es Pot de elaborar listas de periodistas que les caen mal y que condenarían a la inanición si pudieran. Que es exactamente lo que lleva haciendo el partido del señor Puigdemont desde mucho antes de cambiar de nombre, lo cual dice mucho sobre la jeta que se gasta nuestro querido líder: los convergentes llevan décadas elaborando listas negras de malos periodistas, ésos que no pueden asomar la nariz por TV3 y Catalunya Ràdio de ninguna de las maneras y a los que, si pudieran, matarían de hambre. Cualquier cosa que hagan esos periodistas malévolos --entre los que me encuentro-- será convenientemente ignorada y ninguneada, como pude comprobar con la publicación de mis libros El manicomio catalán y El derecho a delirar, que para el régimen nunca se escribieron (curiosamente, el único nacionalista que me invitó a su programa en el entonces llamado Canal Catalá fue Vicent Sanchis, al que me une el amor a los cómics y cierta simpatía personal, aunque lo que escribe cada uno saque de quicio al otro).
Acusar a los demás de algo que está en el ADN de uno y de su partido es de una desvergüenza descomunal, pero cuando se está instalado a perpetuidad en esa desvergüenza, supongo que ya da todo lo mismo
Acusar a los demás de algo que está en el ADN de uno y de su partido es de una desvergüenza descomunal, pero cuando se está instalado a perpetuidad en esa desvergüenza, supongo que ya da todo lo mismo. Convencido de estar en posesión de la verdad, el pastelero de Amer hace lo que quiere y, si no te gusta, te aguantas: esa es su peculiar interpretación del Yes, we can de Barack Obama. Una vez has asumido que te asiste la razón en todo lo que haces, puedes nombrar a dedo al director de TV3 y asegurar que solo has tenido en cuenta sus méritos profesionales. O puedes nombrar embajadora en los países nórdicos a la hermana de Pep Guardiola, que es un catalán como Dios manda que, además, catapultó a la gloria al Barça, ese pedazo de estructura de Estado. Ya puestos, puedes nombrar asesor para ese referéndum de autodeterminación que te vas a comer con patatas --dentro o fuera del trullo, ya veremos-- a Quico Homs, que se ha quedado sin curro en Madrid y algo hay que echarle al chaval, puede que no los más de 7.000 euros que le pagaba España por contribuir a su destrucción, pero sí una cifra que le permita mantener su nivel de vida.
Quien aspira a presidir una nueva nación se comporta como el cacique de toda la vida, como un Putin de estar por casa que premia a los que le ríen las gracias y castiga a los que le llevan la contraria. Estamos acostumbrados a ello, pero hay cosas que a mí todavía me sorprenden: lo de acusar a CSQP de unas prácticas propias de los suyos es de una desfachatez y una cara dura difícilmente superables.