Quienes crecimos detestando a la derecha somos las principales víctimas de esos tarugos de la mal llamada nueva izquierda (sus consignas ya olían a rancio cuando yo las escuchaba en las asambleas de la universidad durante los últimos años del franquismo) que tanto proliferan últimamente.

En Barcelona tenemos el dudoso honor de sufrir a uno de los más irritantes tarugos de la mal llamada nueva izquierda, Gerardo Pisarello

En Barcelona tenemos el dudoso honor de sufrir a uno de los más irritantes, Gerardo Pisarello, primer teniente de alcalde del ayuntamiento y cerebro de la banda Colau (no sé a qué esperan en Madrid para ofrecerle ese cargo a Willy Toledo), cuya capacidad para las salidas de pata de banco es más que notable. Aquí está la última, tuiteada a raíz de la masacre yihadista de París: "El govern Hollande respon a les mostres de solidaritat i de condol amb mes terrorisme des de l'aire. Un acte indecent que no resoldrà res".

Ya lo saben: responder a una agresión con todo lo que tienes a mano es terrorismo. Lo ha dicho el gran Pisarello. Se agradecería, eso sí, una propuesta alternativa, y como él no la aporta, aquí estoy yo para ofrecérsela: Gerardo debería partir ya hacia Siria para dialogar con el cafre que esté al mando del Daesh y reñirle educadamente por lo mal que se ha portado en la capital de Francia.

La misión tiene sus riesgos, no lo negaré, pues es muy probable que el barbudo de turno interprete la visita de Gerardo como una broma de mal gusto, típica de los malditos infieles, ya que él preferiría una de esas misses que siempre afirman que su principal aspiración es contribuir a la paz mundial. Si esperas una perra cristiana a la que sodomizar hasta la muerte y te envían a un sujeto de aspecto ratonil, igual te pillas un berrinche del quince, pero bueno, Gerardo, el diálogo intercultural es lo que tiene.

Si esperas una perra cristiana a la que sodomizar hasta la muerte y te envían a un sujeto de aspecto ratonil, igual te pillas un berrinche del quince, pero bueno, Gerardo, el diálogo intercultural es lo que tiene

Cabe la posibilidad de que secuestren a Pisarello y nos pidan un rescate por devolvérnoslo, pero ese será el momento en el que el gobierno español deberá dar muestras de firmeza y decir que no negocia con terroristas. En el peor de los casos, el pobre Gerardo puede acabar vestido con un mono naranja, de rodillas en un secarral y protagonizando una de las snuff movies del Daesh.

Previamente, se le habrá grabado echando la culpa de todo a Occidente, pero será el primero que, enfrentado a tales circunstancias, diga realmente lo que piensa. Y es que si hay alguien capaz de creer que quien le va a degollar es François Hollande por persona interpuesta, ese es nuestro Gerardo.