Pensamiento

Las 'Rodalies' de Barcelona, ¿fábrica de independentistas?

13 junio, 2016 00:00

Septiembre de 2012, siendo Lluís Recoder consejero de Territorio y Sostenibildad de la Generalitat de Cataluña, manifiesta en una entrevista a un periódico de Barcelona que "las Rodalies de Barcelona es una fábrica de patriotas". Con su comentario, el consejero estaba instrumentalizando una vez más y de forma partidista los problemas que padecemos los ciudadanos catalanes.

Los gobiernos de Pujol no incluyeron entre sus prioridades la mejora del servicio de cercanías, que en aquel momento no eran de su competencia

Es la red de cercanías de Barcelona gestionada por Renfe Operadora la que está permanentemente presente en los medios de comunicación catalanes debido a las continuas incidencias en la prestación de servicios. Esta red transportó unos 115,4 millones de pasajeros en 2015, un 30% del total de cercanías en toda España. Deberíamos precisar que en líneas generales el nivel de calidad del material móvil con más de 200 trenes operativos es aceptable. Los problemas causados en la operación del sistema son fundamentalmente los derivados del estado de las infraestructuras de la red por una preocupante falta de inversiones y la necesidad de su urgente modernización.

Las cercanías de Renfe en Barcelona tuvieron durante la presidencia de Mercè Sala una etapa de buen funcionamiento y de crecimiento. Se pasó de los 193.000 pasajeros/día en 1991 a los más de 300.000 al finalizar su presidencia, en 1995. Los gobiernos de Pujol no incluyeron entre sus prioridades la mejora del servicio de cercanías, que en aquel momento no eran de su competencia. Lo evidencia el que este tema nunca estuvo en la agenda del Govern en los momentos de luna de miel con los gobiernos de Madrid. Las cercanías era un problema de Renfe (Madrid) que además afectaba mayoritariamente a ciudadanos poco afectos al nacionalismo; el metro era responsabilidad del Ayuntamiento de Barcelona y el Govern decide apostar por su ferrocarril, los FGC.

Algunas precisiones al respecto: el Estatut de Sau de 1979 permitía la transferencia de competencias de los FFCC que circulaban en todo su recorrido por el mismo territorio, como era el caso de Cataluña, pero por otra parte consideraciones sobre el "interés general" no permitían que las infraestructuras ferroviarias pudieran transferirse a las CCAA. Posteriormente, la Ley 39/2003 del sector ferroviario segrega Renfe Operadora del gestor de infraestructuras (ADIF) y eso permitirá el traspaso a la Generalitat de Cataluña de la titularidad del servicio de cercanías el 1 de enero del 2010, pero no el de las infraestructuras.

Haría falta un nuevo Govern que estuviera más preocupado en la solución de los problemas de sus ciudadanos que en utilizar las graves deficiencias del sistema de cercanías para alimentar la 'fábrica de independentistas'

Es evidente que el servicio prestado por las cercanías ferroviarias es manifiestamente mejorable. Es patente la falta de inversiones en la modernización de las infraestructuras, a la que se suma las peculiaridades de la morfología de un territorio de alta densidad demográfica, encajonado entre el mar y la montaña y los accidentes fluviales Besós y Llobregat. Habría que añadir la negativa herencia de las obras del AVE que redujeron de forma sustancial el número de vías de ancho ibérico, lo que dificultaba la explotación, así como la reducida capacidad del túnel de Aragón.

A partir de la sentencia del TC de julio del 2010, que algunos consideran el big bang del procés, el mal funcionamiento de las cercanías se convierte en un buen argumento para la causa independentista . Todo vale en aras de la consecución del Estat propi.

Los ciudadanos de Cataluña necesitan que se apliquen soluciones para sus problemas, para ello sería necesario un Gobierno en Madrid después del 26J que cumpliera con los compromisos de inversión contraídos y se tomara en serio las continuas incidencias en la movilidad ferroviaria de la RMB, que afectan diariamente a mas de 400.000 catalanes. Pero sin duda también haría falta un nuevo Govern de la Generalitat que estuviera más preocupado en la solución de los problemas de sus ciudadanos que en utilizar las graves deficiencias del sistema de cercanías para alimentar la fábrica de independentistas.