Pensamiento

La cacería

25 octubre, 2015 00:44

No lo duden: para algunos sectores del independentismo periodístico y cultural, Cataluña está en DEFCON 1. Viven en un estado de guerra permanente y consideran a los conciudadanos que no comparten sus ideas como enemigos. Y les tratan como a tales. Y nos tratan como a tales.

Para estos aprendices de guerrilleros mediáticos, siempre bien engrasados financieramente, cualquier catalán que defienda en voz alta el proyecto común español en voz alta se convierte en objetivo militar

Por supuesto, para estos aprendices de guerrilleros mediáticos, siempre bien engrasados financieramente, cualquier catalán que defienda en voz alta el proyecto común español en voz alta se convierte en objetivo militar. Y no dudan en aplicarle las tácticas necesarias para neutralizar su voz o para desacreditarle.

Como acostumbra a decir Antonio Robles, primero te ignoran, luego te descalifican y al final te combaten. Así funcionan. Y les va bien, porque medios no les faltan y la “trinchera” (usemos su terminología, dado que están en campaña bélica permanente) constitucionalista es lo más parecido al ejército de Pancho Villa.

Pero cuando una iniciativa funciona, se lanzan como lobos a por ella. En esta cacería continua del constitucionalista catalán una de sus presas más deseadas es Societat Civil Catalana. Sus logros y su eficacia a la hora de defender a la mayoría de los ciudadanos catalanes les molesta.

Su lenguaje claro y sin ambigüedades en defensa de la convivencia y el proyecto común español les irrita. Su transversalidad, el haber conseguido unir en sus filas a militantes de todos los partidos políticos constitucionalistas, les preocupa.

En esta cacería continua del constitucionalista catalán una de sus presas más deseadas es Societat Civil Catalana

Por eso Societat Civil Catalana es más necesaria que nunca. Porque en los próximos cinco años nos jugamos el futuro de Cataluña y de España. Y el papel que ha de jugar esta entidad es la de ser el punto de encuentro de todas las sensibilidades catalanas que tienen un objetivo común: luchar por la convivencia entre todos los españoles en una España mejor.

Van a venir muchas curvas. El aparato propagandístico-militar del secesionismo va a jugar fuerte, y va a jugar sucio. Algunos caerán por el camino, otros podrán luchar hasta el final. Pero ni vencerán, ni convencerán. Porque la libertad y la convivencia han de ganar al sectarismo y la propaganda.

No puedo finalizar esta columna sin mandar un fuerte abrazo a Josep Ramon Bosch. Su testimonio ha servido para que la defensa de la convivencia en Cataluña se fortaleciera. Al final todos brindaremos por la victoria de la libertad.