Pensamiento

'L’endemà' (III.I): Dónde jugará el Barça. Las leyes

8 junio, 2015 09:13

Seguimos con la serie sobre la película L’Endemà con un nuevo artículo, que tendrá dos partes, y que dedicaremos a los aspectos jurídicos y económicos del futuro del F.C. Barcelona en una Cataluña independiente. Como punto de partida reproduciremos las manifestaciones del Sr. Gerard Esteva, Presidente de la Unión de Federaciones Deportivas Catalanas:

“El Barça y el Espanyol tendrán que decidir si quieren participar en la liga catalana, si quieren pactar con la liga española y continuar jugando en la liga española o pactar con alguna otra liga de Europa, la francesa, la inglesa... de hecho hay casos como el de Mónaco en fútbol pero también en otros deportes que.... en Andorra hay muchos clubes andorranos que participan en Cataluña hoy en día y no hay ningún problema.

Cada vez iremos más hacia una liga europea de ámbito europeo no sólo en el fútbol sino también en otros deportes porque de cara al tema televisivo o a los derechos, a la cantidad de espectadores y también al interés de los propios partidos pues tendrá más tirón. De hecho en Estados Unidos funciona así y cada vez se está reforzando más esta idea aquí en nuestra Europa”.

Sobrevuela de nuevo el independentismo “gratis total” que caracteriza la película: El Barça y el Espanyol decidirán qué quieren y, sin más, los pactos que planteen serán aceptados. El resto de actores involucrados en la materialización de estos deseos, por supuesto, colocarán la alfombra roja y harán cuanto se les ordene desde Cataluña. El caso es, no obstante, que, para que Barça y Espanyol puedan jugar en otra liga europea, hay un par de invitados que tendrán que consentirlo, como han desgranado varias investigaciones sobre la cuestión. ¿Quiénes son estos actores?

  1. La FIFA. De acuerdo con el art.84 de su Estatuto, sólo en caso de circunstancias excepcionales un equipo afiliado a una Federación podrá afiliarse y/o participar en competiciones de otra Federación. Además se precisará el consentimiento de ambas Federaciones, de la UEFA y de la FIFA. Dicho esto, ya podemos descartar el precedente del AS Mónaco, puesto que Mónaco carece de Federación propia.
  2. La UEFA. Efectivamente, también el art. 51 del Estatuto de la UEFA exige su autorización y también la de las Federaciones implicadas.
  3. La Federación Catalana. Como consecuencia de los dos puntos anteriormente citados, la Federación Catalana tendría que aprobar que uno de sus clubes jugara en competiciones extranjeras. Conviene no subestimar este punto. Por otro lado, se podría salvar este escollo de dos maneras muy poco patrióticas: no creando una Federación catalana, algo casi impensable; la otra acción, u omisión en este caso, al alcance de Barça y Espanyol sería no inscribirse a la Federación Catalana.
  4. Las Cortes españolas (en el caso de la liga española). Así es, puesto que estarían llamadas a modificar la Ley del Deporte para autorizar a clubes extranjeros a participar en competiciones oficiales españolas, como ya prevé la Disposición Adicional 17, mediante la que se autoriza a clubes andorranos a hacerlo. Se le cae, pues, al Sr. Esteva el segundo precedente: con la participación de clubes andorranos no hay problema, sí, porque lo que hay es una ley que lo permite.
  5. La Federación española, francesa o del país que fuere. Así es: por un lado debe concurrir su acuerdo para la participación de Barça o Espanyol y, por el otro, debe modificar su Estatuto para ampliar su ámbito territorial. Actualmente el Estatuto de la RFEF (Disp. Add. 1) ya amplía ese ámbito hasta Andorra, así como el Estatuto del distrito francés Alta Garona-Comminges, que lo extiende, art.5, hasta el Valle de Aran con objeto de cubrir la participación de la aranesa U.D. Bossost en las competiciones francesas.

En suma, habría que reunir un puñado nada despreciable de voluntades para que la visión del Sr. Esteva se llevara a cabo. Según Interviú, el Sr. Esteva ya puede ir olvidándose de la liga francesa. Descartados los precedentes de Mónaco y Andorra, el Sr. Esteva podría tomar como modelo (y ponerse en la cola) a los dos equipos de Glasgow, quienes se desesperan desde hace años para ingresar en la Premier League inglesa sin éxito. De hecho, del Celtic incluso se especula que estaba detrás de la compra, por parte de un millonario escocés, de un club inglés que fue rebautizado como Celtic Nation y adoptó su vestimenta, proyecto que finalmente fracasó. Como también parece condenado al mismo destino otro caballo de Troya, el traslado al extranjero de la sede de los partidos, vista la nueva y reciente negativa de la UEFA al traslado del Wimbledon inglés a Dublín.

Puesto que de deporte se trata, a continuación practicaremos esa modalidad que tanto gusta a los independentistas “gratis total”. Consiste en forzar la realidad hasta que encaje con los propios deseos. Para ello nos ejercitaremos analizando las alternativas que podrían esconderse bajo la genérica formulación de “liga europea” sugerida por el Sr. Esteva, las cuales, anticipamos, no esquivan la mayoría de los cinco requisitos que hemos mencionado antes:

  1. Una liga regional bajo el paraguas de la UEFA. Se trataría de que dos o más Federaciones organizaran una liga común. Se han lanzado en los últimos años algunos globos, como por ejemplo el de una liga con equipos de la antigua Yugoslavia, o de otra con clubes de la extinta Unión Soviética. También ha sido reclamada una liga conjunta para Bélgica y Holanda e incluso hace una década llegó a jugarse una especie de copa entre las monarquías escandinavas que se abandonó por falta de interés. Ninguna propuesta de liga ha llegado a ser presentada ante la UEFA. No obstante, la UEFA, que no simpatiza con la idea, tampoco ha sido inflexible. En concreto, en 2012 estableció un grupo de trabajo para analizarla más a fondo e incluso aprobó, como test durante tres años, una liga femenina para Bélgica y Holanda como complemento, y no como sustituto, de los campeonatos nacionales, experiencia que también será abandonada al acabar esta temporada. De todas maneras, hay que admitir que un veto de la UEFA a una liga regional podría violar la legislación europea sobre competencia.
  2. Una Superliga europea bajo el paraguas de la UEFA. ¿Con qué equipos? Seguramente pasarán por la cabeza los clubes del denominado G-14. En realidad el G-14 ya no existe, ha sido reemplazado por la ECA, la Asociación Europea de Clubes, reconocida por UEFA y FIFA como interlocutora oficial, y que ahora mismo agrupa 214 clubes, entre ellos el Barça, de 53 Federaciones. Establecer una liga europea que por un lado acoja a representantes de tantos países como sea posible y a la vez reúna a los mejores equipos, que no reduzca a la insignificancia a los campeonatos domésticos y que simultáneamente respete los principios de ascenso y de descenso, consagrados a los Estatutos de UEFA y FIFA, nos trae a un formato ya conocido: la Champions League. De hecho el presidente del ECA, Sr. Rummenigge, ya declaró que: “Nuestra Superliga es la Champions League”.
  3. Una Superliga europea privada prescindiendo de la UEFA. Por desgracia para el Sr. Esteva, no van por aquí las intenciones de la ECA, que no hace ni dos meses ha extendido hasta el año 2022 su Memorándum of Understanding con la UEFA. Al margen de acordar cuestiones como calendario, derechos televisivos y cesión de jugadores a selecciones, la ECA se ha comprometido a que a) sus miembros sólo jugarán en competiciones organizadas o reconocidas por UEFA o FIFA b) sus miembros no serán parte de ninguna otra agrupación supranacional de clubes.

Cerramos. Siendo la creación de una liga europea tan poco probable como numerosos los obstáculos jurídicos para participar en una liga extranjera o para fundar una liga regional, el destino inicial del Barça será la liga catalana. Y que nadie se haga ilusionse: si el ”endemà” los españoles queremos que algún equipo catalán juegue la liga española, si nos queda un poco de dignidad será el Espanyol o el Nàstic de Tarragona. Al menos no silbarán nuestro himno.