Pensamiento

Jajaja, nos han secuestrado

2 abril, 2016 00:00

El martes a primera hora de la mañana, una semana después de los atentados de Bruselas, recibí un whatsapp de Crónica Global que informaba del secuestro del avión de Egypt Air. La noche anterior, en una reunión de amigos, habíamos comentado cómo el terrorismo ha acabado con el placer de los viajes por avión, incrementando el desgaste físico y mental de los que tenemos que viajar constantemente por motivos laborales. Con el secuestro, el miedo y la preocupación se apoderó de nosotros y seguimos minuto a minuto las noticias esperando que algún milagro consiguiese mantener con vida a los pasajeros.

Una vez más las redes mostraron su verdadero potencial como nexo de la mayor audiencia global y canal informativo a tiempo real

Para mantenerme informada, estuve pendiente de las redes sociales, que han sustituido a la televisión en la transmisión de hechos de actualidad y prácticamente a tiempo real reflejan lo que está ocurriendo. A las 8.40 Egypt Air confirmaba el secuestro, a las 9.15 se liberaron pasajeros, a las 10.20 empezó a viralizarse que no se trataba de un terrorista sino de un secuestro pasional, con cartas lanzadas desde el avión. Poco después pudimos observar prácticamente en directo cómo un miembro de la tripulación salía por la ventanilla del avión, a continuación se identificó erróneamente a un profesor de medicina como autor del secuestro, siendo desmentido por la BBC, hasta que a las 13.54 el Ministerio de Exteriores de Chipre confirmaba con un tuit el fin del secuestro.

Una vez más las redes mostraron su verdadero potencial como nexo de la mayor audiencia global y canal informativo a tiempo real. Pero además, cuando el secuestro tomó un perfil pasional, comenzaron las bromas y a las 10.53 se empezaron a leer tuits como "por qué no decir te quiero con un avión", un británico secuestrado publicó un selfie con el secuestrador que ha dado la vuelta al mundo y miles de retuits sarcásticos convirtieron en trending topic "me gustaría estar con ellos".

De esta forma, la terrible acción de un secuestrador mentalmente inestable, que podría haber acabado con la muerte de unas setenta personas, se viralizó por las redes en forma de mensajes humorísticos que convertían la preocupación en diversión.

El sentido del humor es una de las fortalezas del ser humano y es capaz de estimular la risa, que en el organismo se ha comparado a otras reacciones placenteras como el orgasmo sexual. La risa refleja una felicidad temporal, y convertir la tragedia en risa ayuda a superar situaciones difíciles. Sin embargo, existen muchos tipos de humor: el humor negro, el irónico, el ingenioso, el verde, el amarillo, el improvisado, el no intencional, etc.

La terrible acción de un secuestrador que podría haber acabado con muertos se viralizó por las redes en forma de mensajes humorísticos que convertían la preocupación en diversión

El sentido del humor positivo es, sin duda, el que provoca la risa sin ofender. Su efecto terapéutico es beneficioso para la mente porque fomenta el buen ánimo, reduce el estrés y la ansiedad y mejora la calidad de vida, con implicaciones para la salud física. También existe la risa hostil, insultante, agresiva, o la que toma a la ligera ciertas tragedias, provocando el malestar en otras personas, el rechazo social o la censura. Independientemente del tipo de humor, éste se ha convertido en uno de los principales reclamos de las redes sociales.

Los egipcios han mostrado que poseen un gran sentido del humor pero el hecho de que un expresidiario inestable sea capaz de secuestrar un avión, con un cinturón de explosivos falso, no me resulta ni cómico ni humorístico. En esta ocasión este hecho no ha acabado en tragedia pero las personas que comenzaron a publicar tuits humorísticos sobre una situación tan frágil, antes de que se confirmase un desenlace sin víctimas, estoy segura de que podían haber causado malestar entre las familias de los que se encontraban en ese avión y las personas sensibles.

Personalmente, yo y tantas otras personas, tenemos presente a las víctimas de los continuos atentados, a las víctimas de los secuestros, a los que todavía lloran a sus muertos y a la fragilidad de nuestra libertad occidental con tantos enemigos que quieren acabar con nuestra democracia. Me cuesta reír.