La inversión pública en infraestructuras es vital para la competitividad de un país, el impulso de la actividad económica y la generación de empleo. Los años de Gobierno de Mariano Rajoy han supuesto un importante retroceso de la inversión pública en España. Durante ese periodo, mientras que la inversión pública en infraestructuras se incrementó de forma significativa en países como Reino Unido, Alemania y Francia, en España descendió un 35%. La situación puede agravarse aún más si, como consecuencia de los ajustes pendientes hasta 2019 para cumplir los objetivos de reducción del déficit y deuda pública, se mantiene la atonía inversora. En términos de inversión absoluta, en el periodo 2016-2018, España habrá invertido 120.000 millones de euros menos que la media de las cuatro mayores economías europeas, ampliándose la brecha inversora con respecto a éstas.

Los años de Gobierno de Mariano Rajoy han supuesto un importante retroceso de la inversión pública en España

Los 8.500 millones de euros de inversión prevista en los Presupuestos Generales del Estado para el 2018 están lejos de poder solucionar los importantes déficit de inversión en infraestructuras de gran impacto social, como son la movilidad, el transporte urbano e interurbano, la salud y la educación. Urge un pacto nacional por las infraestructuras en donde participe no solo el Ministerio de Fomento sino los agentes sociales y las CCAA, como elemento de vertebración territorial y cohesión social. Este plan debería ser sometido a control parlamentario para garantizar su cumplimiento y la evaluación de sus resultados. 

En el caso de Cataluña, la situación es aún más grave, nuestra comunidad presenta síntomas de una enfermedad, la acinesia catalana, caracterizada por la "pérdida de las funciones motoras normales", provocada por un virus de gran potencia denominado el procés. Esta enfermedad impide abordar en profundidad los grandes retos de la sociedad catalana, entre otros los relacionados con las infraestructuras de la movilidad y los transportes.

En el caso de Cataluña, la situación es aún más grave, nuestra comunidad presenta síntomas de una enfermedad, la acinesia catalana

Es prioritaria la inversión necesaria para la modernización de las rodalies ferroviarias, un servicio que experimentó en las últimas décadas un crecimiento del 50% prácticamente con la misma red en explotación. La modernización debería afectar principalmente a las infraestructuras de seguridad y señalización y a la mejora del Centro de Control de Tráfico (CTC), se necesitaría duplicar los circuitos de vía en Sants y el soterramiento en L'Hospitalet. Urge la puesta en marcha de La Sagrera como gran nudo intermodal metropolitano, intercambiador de la alta velocidad y el resto de redes metropolitanas de transporte.

Deberán abordarse en profundidad todos los aspectos relativos a la logística y al transporte de mercancías en el AMB. El hub aeroportuario de Barcelona necesita mejorar la accesibilidad ferroviaria al puerto de Barcelona, clave para que el acarreo portuario reduzca los costes derivados de la congestión del tráfico y por lo tanto mejore su competitividad . El Puerto de Barcelona debe potenciar actividades que le permitan incorporar valor añadido a los productos que manipula. Desde el punto de vista aeroportuario, es importante destacar que El Prat, como consecuencia de la buena gestión de AENA y de la cooperación institucional, ha pasado a ser el sexto aeropuerto de la UE. A resaltar el éxito de la compañía Vueling --fruto de la asociación de Iberia y empresarios de Barcelona--, sin duda el aporte hispánico refuerza a Cataluña y contribuye a su éxito, juntos siempre nos ha ido mucho mejor. Como ejemplos de lo que no se debe hacer, el fracaso de la gestión de Aeroports de Catalunya, otro chiringuito más a costa del contribuyente y la quiebra de Spanair.

Para acabar con la acinesia provocada por el procés, Cataluña necesita urgentemente recuperar la normalidad institucional

Para acabar con la acinesia provocada por el procés, Cataluña necesita urgentemente recuperar la normalidad institucional. ¿Son conscientes algunos de los convocantes a la manifestación del 15 de abril de que están colaborando con los que pretenden acabar con el autogobierno?