Pensamiento

Hasta que las encuestas decidan

25 enero, 2016 00:00

Los resultados del 20D han dejado un puzle de difícil solución. Encontrar un candidato que consiga ser investido parece muy difícil. Un gobierno fuerte y estable, prácticamente imposible. En estas condiciones, como ha ocurrido en Cataluña, el que al final tengamos o no nuevas elecciones depende de las encuestas.

Con todo, aquí van unas líneas sobre las alternativas potenciales:

1. Gobierno PSOE-Podemos-IU

Esta fórmula, lanzada unilateralmente por Pablo Iglesias, me parece inviable. Aún admitiendo un hipotético voto favorable en la investidura del PNV --no confirmado-- y la abstención de ERC y CDC --negada ayer mismo--, su labor de gobierno sería impracticable. El bloque de izquierdas sumaría 161 diputados. Aún con el apoyo de ERC y Bildu, las leyes con ADN de izquierdas no conseguirían más de 172 diputados, insuficientes para ser aprobadas si, como es previsible, contasen con el voto contrario de los partidos de centro y derecha (PP, Ciudadanos, PNV, CC y CDC).

No veo a estos partidos aprobando, por ejemplo, la derogación de la reforma laboral. Mucho menos podría abordarse una reforma constitucional y ni tan siquiera reformas como una nueva ley electoral, la ley de partidos, etc. Y todo ello admitiendo que PSOE y Podemos pudieran llegar a pactar un gobierno. El golpe de efecto de Iglesias es más un acto de precampaña electoral que una oferta real de gobierno.

2. Acuerdo PP-PSOE-Ciudadanos

Esta fórmula tiene múltiples variantes. Desde un mero pacto de investidura hasta un gobierno de coalición de dos o de tres. De momento, el PSOE se niega a cualquier acuerdo con el PP, y Ciudadanos sólo ofrece su abstención, pero queda mucho partido por delante.

Cualquiera de estas hipótesis choca con dos problemas: la figura de Rajoy --justa o injustamente, el político español peor valorado-- y el miedo del PSOE, pero también de C's y el mundo empresarial, a dejar a Podemos como monopolizador de la oposición. Rajoy sólo puede ser presidente si se repiten las elecciones. El miedo al crecimiento de Podemos debe combatirse con gobiernos que hagan frente a las necesidades de la ciudadanía sin populismos pero con determinación y eficacia.

3. Nuevas elecciones

Las dificultades de cualquiera de las fórmulas antes expuestas son evidentes, por lo que la alternativa de nuevas elecciones es quizás la que goce de mayores probabilidades. ¿De que dependerá? De una sola cosa: las encuestas. Mas hubiera convocado nuevas elecciones en Cataluña si las encuestas le hubieran sido favorables. En España tendremos gobierno si los que temen nuevas elecciones suman y consiguen ponerse de acuerdo. Y, si sigue la tendencia de recuperación del PP, anunciada por algunas encuestas, las nuevas elecciones serán difícilmente evitables salvo concesiones, hoy no imaginables, por parte del PSOE.

Si al final las encuestas no son determinantes, es decir, se mantienen más o menos los resultados actuales, se abriría la posibilidad de soluciones más imaginativas, como la de un gobierno presidido por un independiente con una agenda reformista pactada y una duración limitada.

En cualquier caso, no debemos dramatizar porque la resolución del puzle se alargue. De momento, los independentistas catalanes han ralentizado el procés y no se prevé ninguna DUI tratando de aprovechar el supuesto vacio de poder. Y para la economía, mejor un no gobierno que un mal gobierno.