Pues servidor casi tampoco. Pero no se entiende el dilema y la contradicción que se comenta en cada ciudad, en cada pueblo, en cada bar, en cada calle. "Yo votaré a Sánchez, pero va a ganar Susana". No lo entiendo, ¿y usted? Puede que tampoco. Pero este es el comentario real de los seguidores socialistas. ¿Cómo entendemos esto? Entre la militancia del PSOE Pedro Sánchez ha recuperado la santidad. Tras el martirio, santo. Tras la muerte como secretario general ha resucitado como otra persona distinta. Antes fue una marioneta --su gran error--, ahora cree saber "lo que necesita el PSOE y la izquierda para renacer". Hágase la luz y la luz se hizo al final del túnel. Tenemos a Sánchez lanzado para conseguir la victoria. Con rabia, él y la militancia. Y algunos diputados, con la rabia de haber pagado una multa por no abstenerse en la elección de Rajoy y saber que era lo correcto. Han empezado la campaña con rabia, mucha rabia.

Aparece Susana de Andalucía. La Sultana. La cerveza Cruzcampo que de Despeñaperros para arriba no le gusta a nadie. Y para abajo, cada vez a menos. Está perdiendo el gustillo. Muchos andaluces se han cambiado de acera. Y Susana, que pretendía llegar a Madrid a lomos de su caballo pura raza, como Cleopatra en Roma, ya no duerme ante el temor a perder. En esta carrera de las primarias la realidad ha atropellado a Susana. El poderío de sus avales se ha desvanecido. Fracaso. Desencanto. Frialdad, incluso en su Andalucía. Acude más gente a ver a Pedro. ¿Cómo? Como lo lee. La gente va a ver a Pedro y no a Susana. No le han servido de nada el poder del aparato del PSOE, ni las portadas de los medios de in-comunicación, ni los comentarios favorables de los tertulianos. Cualquier alabanza se vuelve en contra. Tanto que hasta Mariano Rajoy ha prohibido a su gente hacer comentarios favorables a Susana. Porque favorecen a Pedro. Y Mariano no lo quiere ver ni en pintura. Si vuelve Pedro se terminó la paz para Mariano. Y eso que cometió el error --qué inmenso error-- de irse del Congreso.

En esta carrera de las primarias la realidad ha atropellado a Susana. El poderío de sus avales se ha desvanecido. Fracaso. Desencanto. Frialdad, incluso en su Andalucía. Acude más gente a ver a Pedro

Por otro lado aparece Patxi López, exlehendakari de Euskadi, como el hombre bueno para que el PSOE no se rompa. El hombre que parará los trenes para que no choquen. La unión. Está en medio para evitar el choque. Pero puede que lo aplasten si no se aparta. ¿A qué lado se aparta? Dice que a ninguno. Porque él es la "solución". "Sólo un PSOE unido puede ser la solución justa". Habrá que pegarlo.

Pero hay varias características que definen este comienzo de campaña socialista. Susana con todo el apoyo del aparato del partido no ha logrado distanciarse. Ha conseguido lo contrario. Cada medida de la Gestora a favor de Susana se ha convertido en votos favorables para Pedro. Cuanto más leña le dan los llamados barones o sus serviles comunicadores, más apoyos van para Sánchez.

Que a Pedro Sánchez lo echaron como a un perro de Ferraz con un golpe de partido tras la larga comida de todos los barones en tierras de Zamora, en la llamada Conjura de Benavente, ya lo saben hasta los más desinformados socialistas del último pueblo. Incluso que Susana "lo quería muerto esa noche", en exigencia a Armengol. Que la gestora ha excomulgado a los diputados pedristas, que ha sido muy parcial a favor de La Sultana, todo eso los saben los votantes socialistas. Y cada una de esas arbitrariedades han dado como resultado votos a favor de Pedro Sánchez.

Ni Susana, ni los gerifaltes y mafiosos exdirigentes del partido --pura bazofia--, no han sabido ver los puños en alto y la rabia en la mirada de los militantes que siguen a Pedro. Cantan La Internacional. ¡Oh, no!, dicen los viejos dirigentes. Eso ya lo habíamos superado. Pues ha vuelto, barones del PSOE. "Arriba los pobres del mundo" se canta en cada mitin. Esa es la fuerza. Esa es su rabia. Y quieren ganar. ¿Y si gana Sánchez? ¿Lo dejarán entrar en Ferraz de donde lo echaron? Gana Sánchez, vaya saliendo la Gestora de Ferraz. A ser posible por la ventana. En diez días, la solución. Aunque ya la había anunciado Carme Chacón: "Si decimos cambio, hacemos cambio; si decimos izquierda, hacemos izquierda".