Hoy se celebra el Día de Europa, que conmemora el discurso que pronunció el 9 de mayo de 1950 el ministro de Exteriores de Francia, Robert Schumann, en el que propuso un modelo de cooperación continental que pudiera evitar conflictos fratricidas como el de la Segunda Guerra Mundial. Más de 70 años después, aquella idea visionaria es una realidad, y, a pesar de los obstáculos, un auténtico éxito: la identidad europea se ha fortalecido y la cohesión social, política y económica de los países que integran el proyecto ha conseguido que la Unión Europea (UE) se haya establecido como potencia mundial.

La pandemia del Covid ha sometido a prueba este modelo. Sin embargo, como se aprende de los errores, la respuesta de la UE ha sido muy diferente a la que se ofreció tras la crisis financiera de 2008. En lugar de políticas de austeridad y recortes, se ha apostado por una inversión masiva para reactivar la economía y la sociedad, y para acelerar la transición ecológica y la transformación digital, cumpliendo con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Este planteamiento incide en ámbitos vitales, como la eficiencia energética de los edificios, la sostenibilidad del transporte público, las infraestructuras verdes, la extensión de la fibra óptica y la banda ancha en todos los territorios, así como la digitalización de los servicios y del tejido productivo.

Se trata, evidentemente, de ámbitos en los que los gobiernos locales tenemos responsabilidades y competencias. Es lógico, por tanto, que se les tenga en cuenta en el momento de diseñar y gestionar las acciones que se desarrollarán. Es lo que la Diputación de Barcelona reclama en el manifiesto que se ha dirigido a los gobiernos intermedios de toda la Unión Europea para poder hablar con una sola voz, ofreciendo más relevancia a los gobiernos locales (ayuntamientos) y supralocales (diputaciones, consejos insulares, cabildos) en el desarrollo de las estrategias de reactivación, en las que destacan los fondos Next Generation EU, que movilizarán 750.000 millones de euros en los próximos años.        

La participación activa de los gobiernos locales es necesaria para obtener los resultados previstos: recuperación y resiliencia. No se trata de una reivindicación interesada ni parcial. La Carta Europea de Autonomía Local de 1985 reconoce la subsidiariedad y la autonomía local como valores esenciales del modelo de Estado democrático en el que se basa la UE. Por ello, la Diputación de Barcelona se ha implicado a fondo en un trabajo prospectivo y divulgativo para que nuestros gobiernos locales, independientemente de sus dimensiones y recursos, puedan beneficiarse de la transformación social y económica que promueve la UE. Ya durante el último trimestre de 2020, identificamos numerosos proyectos innovadores en el territorio de Barcelona, que podrían recibir un fuerte impulso con el apoyo de los fondos europeos.

Tal y como hemos afrontado desde que en 1998 abrimos nuestra oficina en Bruselas para canalizar las relaciones entre el mundo local y las instancias comunitarias, ahora ofrecemos el apoyo y el acompañamiento necesario para que los gobiernos de proximidad de Barcelona participen de los fondos Next Generation UE, a partir de la presentación de proyectos ambiciosos y transformadores que revitalicen nuestros pueblos y ciudades, de acuerdo con las exigencias de una economía verde, innovadora y sostenible.

Este es el sentido de los portales Guía de ayudas de la UE  y NextDiba, que se añaden a las acciones de difusión y de asesoramiento que estamos llevando a cabo. Esperamos conseguir con todo ello un impacto directo en nuestro territorio de los fondos de reactivación económica, impulsados por la UE, que se añadirían a los 230 proyectos europeos por un valor de 130,8 millones de euros que incidieron en los municipios de la provincia entre 2014 y 2019. La Diputación de Barcelona intervino en una parte de ellos, con apoyo técnico y financiero, con una cuantía de 5,4 millones de euros.