La humanidad siempre ha buscado formas de conservar las tradiciones, de dar a conocer las leyes que rigen la comunidad o de transmitir noticias de una forma más permanente que la simple comunicación oral. Todas las civilizaciones han ideado medios para escribir en los materiales disponibles según la época o el lugar. Los monjes medievales, en las abadías y en los monasterios, dedicaban largas jornadas a copiar a mano libros sagrados y profanos con un coste económico y de tiempo enorme, hasta que Johannes Gensfleisch zur Laden (1400-1468), más conocido como Gutenberg, nombre del topónimo donde residía la familia, inventó la imprenta en 1450. Este adelanto significó la producción masiva no solo de libros, sino también de diarios, panfletos y comunicaciones y lo más importante, educar a través de la lectura, lo que exige la alfabetización de la población. Sin embargo, los siglos pasan y dicen que el papel tiene los días contados... Cada vez son más las voces que aseguran que hemos de prescindir de él; somos consumidores de dispositivos electrónicos, leemos, escribimos, nos comunicamos por pantalla. Quizá tengamos que esperar varias generaciones, pero el objetivo de papel cero llegará.

Y mientras eso no ocurra, algunos combinan la modernidad electrónica con el álbum de fotos tradicional. La empresa Zapptales ofrece conservar en libros (tapa dura o tapa blanda) o en formato pdf tus chats de Whatsapp o de Facebook Messenger sin límite de páginas. Con el eslogan de que "tu vida está llena de cosas emocionantes", se ha terminado lamentarse por haber borrado conversaciones que luego desearíamos recuperar o perder fotos o vídeos al cambiar de teléfono. Es muy sencillo. Entras en la web de la empresa, escoges el chat, la fecha de inicio y final, incluyes fotos, videos, mensajes de voz y cómo no, los emojis correspondientes, personalizas la portada, decides el título e incluyes dedicatorias iniciales y finales. El regalo perfecto que permite inmortalizar tu historia de amor, de amistad o el nacimiento de un hijo. Todo vale para vender.

No somos conscientes de las consecuencias de todo lo que llegamos a escribir en los chats que, aunque nos esforcemos en suprimir, pueden ser recuperados y ponernos en evidencia

En las denuncias que nos llegan a los juzgados es habitual incluir capturas de pantalla con mensajes amenazantes o insultantes (en ocasiones mutuos). Es una forma más de intentar aportar pruebas sobre los hechos. Dejando a un lado los problemas de autoría que presentan dadas las posibilidades de manipulación de las cuentas electrónicas, es evidente que no somos conscientes de las consecuencias de todo lo que llegamos a escribir en muchos de estos chats que, aunque nos esforcemos en suprimir, pueden ser recuperados y ponernos en evidencia (nos dicen los técnicos que siempre quedan en algún sitio, en esa famosa nube...). Por contra, las postales, las cartas, el papel, pueden quemarse como si nunca hubieran existido (alguna ventaja tenía que tener lo clásico). Así que cuidado con las declaraciones de amor o de cualquier otro tipo que pongamos por escrito en la red.

A veces una añora los tiempos en los que las palabras se las llevaba el viento; ahora sucede como con la energía, que no se crea ni se destruye, solo se transforma. Escribe, que algo queda.