Connecting the dots --conectar los puntos--: las personas conectoras son de las que tienen capacidades más buscadas hoy en día. Conectar ideas y personas a veces sin lógica aparente nos hace humanos. Una idea solo tira adelante conectando toda su cadena de valor porque de la teoría a la práctica hay un tortuoso camino. El otro día hablaba con varias mujeres que me decían que emprender una negocio con guerras, pandemias, recesión, regulaciones, inflación, patriarcado y burocracia se ha convertido en una hazaña solo apta para locos, exchanges o scaleups milagro.

Un empresario me decía: lo que necesita una empresa pequeña o startup son pedidos. Pues bien, lo triste es que parece que tener clientes se ha convertido en un problema porque necesitas talento, materias primas y energía que o no tienes o no puedes pagar porque lo poco que podrías invertir se va a pagar impuestos.

Necesitamos regular con objetividad, conocimiento, poniéndonos en la piel del otro y datos y teniendo en cuenta 10 premisas básicas:

1. Una cosa es ser empresario y otra diferente ser rico. Al igual que una cosa es ser empresario y otra diferente, inversor. Rico es el que posee riqueza sea heredero, empresario, funcionario o bitcoiner.

2. Cofounder quiere decir que has invertido tiempo, contactos o ahorros en una startup. Una pyme es una startup cada día porque o se reinventa o muere. Las empresas se financian inicialmente con “tontos, amigos y familia” y el tiempo del emprendedor-empresario.

3. Las regulaciones deben valorar el impacto en las empresas antes de aprobarse. La mejor política social es tener un buen empleo que permita un proyecto de vida bienestar. No confundir explotador con empresario. Lo primero hay que condenarlo siempre.

4. Las pymes suponen el 50% del PIB mundial y sustentan billones de familias y economías locales. Muchos empresarios son autónomos que no podrán pagar la subida de cuotas aunque su empresa permita tener un proyecto de vida.

5. Cualquier guerra trae horror, muerte, miseria y desconexión de las cadenas de suministro, hay que evitarlas siempre. Los chips, los cereales, los carburantes... con guerras no llegan. Sin chips no hay coches y otros, sin cereales no comemos y sin energía morimos de calor/frio o desconexión y las empresas dejan de ser competitivas.

6. Cualquier proyecto y país, necesita profesionales y talento. El talento se forma, se atrae y se cuida. No se retiene. No nace por generación espontánea y necesita entornos de crecimiento atractivos.

7. Los impuestos de las empresas y familias sustentan nuestros servicios públicos. Los profesionales públicos cuidan nuestra salud, educación, convivencia y medio y son imprescindibles y hay que valorarlos. No confundir burocracia con servicios públicos, hoy en día hay maneras de reducirla.

8. Con guerras o regulaciones abusivas, no hay producto que vender ni emprendedor que emprenda ni inversor que invierta ni empresa que genere impuestos ni puestos de trabajo. En la tierra estamos todos conectados. Lo que no hagamos nosotros, nos lo harán otros y pagaremos el doble.

9. Sin ingresos no habrá servicios y sin servicios, no habrá personas. Sin poner en el centro las personas nada de lo anterior tiene sentido. El mundo puede invertirse y pasar de rico a pobre es cuestión de que sigamos los pasos anteriores. Ir hacía delante en humanización es evolución, ir hacia atrás en humanización es involución.

Estamos en un círculo virtuoso o vicioso según se mire el agua del vaso y según utilicemos las oportunidades en positivo. Yo prefiero verlo medio lleno. Así que más innovación, talento, empresa con valores y regular con conocimiento, datos y vigilando las consecuencias para todos. Hay que procurar tener una visión amplia para conectar bien los puntos y que las personas que los deciden no estén desconectadas de la realidad.

PD: En la era del humanismo tecnológico, cuidado con los tóxicos, trepas, troyanos y trolls. Rodearos de sinergentes que siempre suman aptitudes, conocimiento, equipo y valores.