Pese a que las negociaciones por los presupuestos de 2018 entre PP y PNV no están oficialmente abiertas mientras continúe en vigor la aplicación en Cataluña del artículo 155, parece evidente que los nacionalistas vascos van a encontrar la manera de que Cristóbal Montoro saque las cuentas adelante. No solo le deben el mejor cuponazo de la historia sino que sobre la mesa hay importantes inversiones ferroviarias o una sustancial rebaja de la tarifa eléctrica para la industria vasca, entre otros caramelos. Ayer Ciudadanos salió diciendo que no iba a aceptar un acercamiento de los presos de ETA, tras la disolución oficial de la banda, ni tampoco consentir una posible cesión de la Seguridad Social al Ejecutivo de Vitoria, si los peneuvistas quisieran sacar mayor tajada de la debilidad del PP. En realidad, no parece que nada de todo eso se esté planteando en serio, pero el partido de Albert Rivera parece estar tomando conciencia de que tiene un serio problema entre el calendario electoral y sus excelentes expectativas actuales. Si Mariano Rajoy logra aprobar los presupuestos, que hace unas semanas parecía imposible a tenor de lo que afirmaban los dirigentes del PNV, se da por hecho que no habrá elecciones generales hasta mediados de 2020. Los siguientes presupuestos se podrían perfectamente prorrogar, sin que nada obligase a acortar la legislatura en 2019.

¿Este es el mejor calendario ahora mismo para Ciudadanos? No lo parece. La formación naranja está en su momento más dulce. Desde la celebración de las elecciones en Cataluña, todas las encuestas han ido confirmando su ascenso meteórico y las últimas ya lo sitúan en cabeza, con más de un 26%, claramente por delante de PP y PSOE. Los populares estarían sufriendo una abrupta caída de diez puntos, desde el 33% que obtuvieron en junio de 2016, mientras el descenso de los socialistas, según la media de los sondeos, es leve pero continuado hasta un 21% raspado. Por su parte, la caída de Unidos Podemos sería de cuatro puntos, desde el 20,6% que obtuvo hace algo menos de 2 años hasta el 16,6%, lo que en escaños supondría una sangría aún más importante por el sistema electoral.

El apoyo que Ciudadanos tiene comprometido a los presupuestos de Montoro puede acabar siendo letal para mantener su actual línea ascendente en las encuestas a largo plazo

Esta es la foto ahora mismo si hubiera elecciones generales, pero dos años es una eternidad en política y a Rivera esa espera puede resultarle muy dañina para sus aspiraciones presidenciales, siendo como es el líder mejor valorado. En mayo de 2019, habrá municipales y autonómicas, y Ciudadanos presumiblemente mejorará sus resultados, sin descartar una eventual victoria en las europeas que se celebrarán ese mismo día. En muchos ayuntamientos y comunidades autónomas entrará a gobernar, con lo que deberá abandonar el cómodo criterio de apoyar a la lista más votada, para pasar a hacerlo en base al programa electoral y al reparto del poder. Y eso es siempre una fuente de dificultades y conflictos, sobre todo para una fuerza que juega a la centralidad del liberalismo progresista pero cuya estrategia principal es arrebatar votos al PP, incluso sustituirlo en algunos sitios. En Barcelona, por ejemplo, la posible candidatura de Manuel Valls ha levantado mucho entusiasmo y Ciutadans podría dar la sorpresa, pero también encierra riesgos porque no le va a ser fácil al exprimer ministro francés aterrizar en la política local. Además, contra Valls se formaría una alianza postelectoral entre independentistas y comunes.

Finalmente, el hecho de que Rivera aparezca apoyando dos años más al Gobierno Rajoy, cuyos ministros destacan casi todos por su ineptitud y molicie, puede convertirse en un lastre para su imagen como candidato reformista en 2020. El único instinto político que conserva el PP es aguantar, resistir hasta el último momento, y cambiar a Rajoy muy probablemente por Núñez Feijoo. En definitiva, el apoyo que Ciudadanos tiene comprometido a los presupuestos de Montoro puede acabar siendo letal para mantener su actual línea ascendente en las encuestas a largo plazo. A Rivera lo que le interesaría ahora mismo son elecciones, en septiembre. Este es su momento.