Miquel Buch: Il portiere di notte

Josep Maria Cortés
7 min

Todo el mundo sabe ya que el consejero de Interior, Miquel Buch, en su etapa de portero del Titus de Badalona, vivía despistado bajo el síndrome demodé del Studio 54. “Usted no entra”, le dijo más de un día al atrabiliario Gabriel Rufián, que iba como viste habitualmente el diputado de ERC, estilo turiferario y la cabeza a componer. Rufián se la tenía guardada y ha hecho público esta semana el ex oficio de Buch. El caso es que Il poteriere di notte ha llegado al culmen de su carrera en el Departamento de Interior de la Generalitat. Y ahora sí, ahora Buch manda y punto. Cuando quiere les ordena a los Mossos que hagan el pino puente delante de los CDR, ¡quina por! Y al rato les manda que se pongan manos a la obra delante de los borrokas que rompen contenedores, queman papeleras y lo ponen todo perdido por cuenta del erario público al que desprecian.

A una distancia prudente, Buch (Dirk Bogarde), aquel Portiere de Liliana Cavanni, habría sido descubierto por Charlotte Rampling, una señorita del cartel dramático cabaretero que tiene montado Torra, un autoritario, reconvertido en editor por la gracia de Dios y la lengua de Sagarra (don Josep Maria se retuerce en su tumba), casualmente metido a president, y plantado en el Palau por el dedo de Puigdemont. La pasión sadomasoquista entre Bogarde y Charlotte se quedó en la cinta lejana de la Cavani; de las escenas mórbidas de no sexo, Buch no sabe gran cosa, pero su autoritarismo de sacristía permite acercar la realidad al cine por la ambigüedad ideológica del separatismo, matizado de populismo, pinzado entre la derecha dura y el espontaneismo curón.

“No construiremos ninguna República con pasamontañas”, proclama Joan Tardà. Pero la calle hierve a partir del aventurismo de un president infantilizado y convencido de que al final de una escalada siempre hay una negociación favorable. Es la doctrina serbia de Radovan Karadzic, el criminal que incendiaba poblaciones para hacer valer, a posteriori, el derecho de conquista. 

Retrato del conseller de Interior, Miquel Buch / FARRUQO

Mientras el procés madura la vía eslovena, la ANC presidida por Elisenda Paluzie anuncia sin rubor la toma del Palacio de Invierno de la economía: las cámaras de comercio. Paluzie, profe de Económicas y autora de Podemos! Las claves de la viabilidad económica de la Cataluña independiente, (Ed. Rosa de los Vientos), XIV Premio Cataluña de Economía (2015), confiesa tener un plan para que la ANC se instale en las 13 cámaras de comercio locales. No debe saber, claro, que estas entidades de derecho público no tienen caja como antes -adiós al oro de Moscú- desde que las empresas dejaron de satisfacer el pago de las cuotas obligatorias por medio de una ley del PP, en la era ponzoñosa de Rodrigo Rato. Mandar en las cámaras de comercio equivale solo a tener un pie en el mundo corporativo y abigarrado (hay cámaras Manresa, Palamós, Lleida, Reus o Sant Feleiu de Guixols, por poner ejemplos de antiguas repartidoras convergentes), que vive justito de magros fondos públicos, llegados tarde y mal para destrucción de vicarías y bedeles. Paluzie debería observar ahora la batalla por el control de la Cámara de Comercio de Barcelona, propietaria inmaterial del edificio Llotja de Mar, donde Sánchez quiere celebrar el consejo de ministros del día 21, en el salón de contratación de la antigua Bolsa, una joya del gótico civil, con ventanales de arco ojival y bóveda de crucería. Muy pronto sabrá Paluzie que la única riqueza de esta institución es la memoria de la Junta de Comercio, donde se inició la Revolución del Vapor. ¿Lo qué?, pues sí; y el día en que el universo montaraz de la ANC meta la mano, no quedará ni esa huella. En su visita a Barcelona, Sánchez quiere combinar la Llotja con los pasos perdidos de la gran patronal, Foment del Treball (Vía Leietana), para mostrar in extremis el trazo económico de su proyecto en Cataluña.

Pero aún con todo, hay varios jinetes que quieren presidir el artefacto cameral reconstruido por el patricio Figueras, embellecido por Negre Villavechia y empobrecido por Miquel Valls. Quieren ser presidentes de la Cámara de Comercio de Barcelona un soberanista enmascarado, como Enric Crous –¡quins cullons!-; un reformista, como Carles Tusquets, -¿se aburre con el juguete de Banco Mediolano?-, un cameralista puro, como Ramon Masià, hijo de la burocracia y la conspiración, e incluso un consultor de postín, como Luis Conde ¿Con quién está la Paluzie? Es fácil imaginarlo. Solo espero que, con el brindis de la victoria, no pongan perdidos los mármoles y arcos de volta catalana que festonean el Salón de Cónsules de la Llotja.

El día 21, Buch rodeará el edificio con varios cordones de Mossos para proteger a Sánchez y a su Consejo de Ministros. La ciudad lucirá bella, pero los indepes de largo aliento no se olvidarán de que la Llotja está a pocos metros del Moll de la Fusta, donde atracaba el Azor del general, con la sentina llena de cachalotes. Aquel día, las esteladas ganarán en número a las rojigualdas. Il portiere di notte lucirá sus mejores galas; quiere alojar a los ministros en el Palacete Albéniz de Montjuïc, convertido en fortaleza. En fin, le gusta jugar a general bum bum como a Miquel Sellarés, el primer jefe-niño de los Mossos de Pujol, que enseñaba a los amigos (lo se muy bien) la pistola guardada en el cajón de su despacho. Afortunadamente, Cataluña tiene el toque monegasco del uniforme recién lavado, sin olor a pólvora y reutilizado por los caporales en las cadenas de montaje.

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¿Quién es... Josep Maria Cortés?
Josep Maria Cortés

Periodista de economía, realizó una parte importante de su carrera en El País y en los últimos años ha colaborado con La Vanguardia, Catalunya Ràdio y ED. Antes, desempeñó el cargo de director en Barcelona de la consultora multinacional de la comunicación Porter Novelli. Fue durante cinco años analista semanal en el programa Bon dia, Catalunya de TV3. Inició su carrera profesional en El Noticiero Universal y en El Correo Catalán, perteneció a la plantilla fundacional de TV3 y fue el primer corresponsal en Barcelona del diario financiero Expansión. Ha publicado, como autor y coautor, varios libros de investigación periodística, entre ellos, Memoria de Catalunya, del regreso de Tarradellas al pacto Pujol-Aznar (Taurus) o Los yuppies de Pujol llegan a la cima (ED).