Hemos asistido estos días a diversas reuniones entre PP y C's para conformar un pacto que no se sabe bien para qué sirve, entre otras cosas porque la investidura, salvo sorpresa mayúscula de última hora, y todo parece indicar que no será así, no va a prosperar. Las reuniones sólo han servido para conformar un tremendo paripé que haga pensar a la ciudadanía que se está intentando formar gobierno y, al mismo tiempo, y este es el objetivo claro de los dos partidos, presionar mucho más al PSOE para que se abstenga.

El pacto ha servido para demostrar de forma fehaciente que C's ha llegado a la política española para limpiarle la cara al PP

Más allá de este objetivo, el pacto ha servido para demostrar de forma fehaciente que C's ha llegado a la política española para limpiarle la cara al PP, ya lo intentó en febrero y ahora lo demuestra mucho más. Su ideario, que algunos definen como marxista --de Groucho, claro-- ha quedado desfasado, no es tan elaborado, queda reducido a la frase que machaconamente repetía un personaje de Germania, obra teatral de Heiner Müller, "soy el rey de Prusia y toco la flauta", y así Albert Rivera nos repite a cada minuto "soy un político reformista y toco la flauta". No hay más ideario.

Su tan cacareada lucha contra la corrupción ha quedado reducida a dos frases mal contadas, por las que pueden escaparse prácticamente todos los corruptos del país, en especial los del PP. Y de sus reformas administrativas, tres cuartos de lo mismo. Todo ello explicado en rueda de prensa por José Manuel Villegas, quien parecía la versión cutre de Antonio Ozores, por su claridad de exposición por supuesto.

Sin embargo, sí hay una cosa donde se mantienen firmes: en su política económica. Y aquí aún hemos de agradecer al PP que no hayan convertido la legislación laboral en simple esclavitud, porque la flauta que toca Rivera, ya sabemos quién la paga.

En fin, los ciudadanos hemos asistido atónitos a un gran paripé, que es lo que es este pacto, mientras nos amenazan a todos, y más en concreto al PSOE, con unas elecciones en Navidad. Quién sabe, igual el ángel de Qué bello es vivir nos regala unos políticos serios y un gobierno decente; y, si no, siempre quedará "soy un político reformista y toco la flauta", que ya se sabe por España y los españoles y en España hay mucho español y muy español. Feliz Navidad.