Parece el título de una novela, podría serlo, pero la historia es real. El brasileño Patrick Nogueira ha confesado ser el autor del cuádruple crimen que cometió el 17 de agosto en un chalet de Pioz (Guadalajara). Asesinó a sus primos --una niña de cuatro años, un niño de uno-- y a sus tíos --Marcos y Janaina--. Dice que sintió unas "ganas irrefrenables de matarlos", ganas que nadie sabe cuándo y cómo empezaron, pero que fueron suficientes como para madurar un plan que incluía la compra de bolsas de basura, cinta aislante y una navaja, y presentarse ese día en la casa donde fue recibido por Janaina y sus primos. Los degolló a los tres y esperó hasta que regresó Marcos, que se resistió, como muestran las heridas de defensa que presentaba.

Pero una vez conseguido el objetivo, le faltaba un detalle. Los cuerpos, sobre todo los de los adultos, no cabían en las bolsas de basura que se había procurado y Patrick carecía de conocimientos suficientes para saber la mejor manera de trocear un cadáver. Así que, aquella noche, a través del servicio de WhatsApp, llamó a un compañero de instituto y le explicó su problema, mandándole, cómo no, fotografías de los cadáveres para que entendiera la magnitud de la tarea. Y el sujeto le fue ilustrando cómo hacerlo. Los consejos debieron ser de calidad porque inicialmente los investigadores aseguraron que los autores de los crímenes eran "sicarios profesionales". La policía ha hallado en el ordenador de ese compañero del instituto manuales para matar y descuartizar.

Los psicópatas saben perfectamente lo que hacen pero, en ocasiones, necesitan consejos para perfeccionar su técnica. Nadie nace enseñado

En internet podemos encontrar cualquier cosa, todo está en la red. En la visible, que es a la que accedemos cuando nos conectamos a Google, y en la llamada Deep Web (Internet profunda), en la que hay una parte aún más profunda, la llamada "red oscura" (Darknet). Para llegar a ella deben usarse programas específicos que garantizan el anonimato y que ofrecen un navegador mediante el cual puede accederse a las webs ocultas. Existen páginas de activistas políticos, de información sobre seguridad informática, foros para ganar dinero en bolsa o de todo tipo de teorías conspirativas. Y ya que el anonimato es posible, tenemos el campo abonado para contenidos ilegales. Aquí las posibilidades son infinitas, desde contratar a un sicario para encargarle un trabajito, hasta adquirir droga como el que se compra un par de zapatos (te la traen a casa en un paquete), pasando por contrabando de productos robados, pornografía, venta de bases de datos de usuarios y páginas terribles en las que pueden encontrarse vídeos explícitos de torturas y abusos de todo tipo. El único límite es el que cada uno se pone.

Patrick dejó las seis bolsas de basura en el chalet y volvió a su vida normal; llegó a llamar con el teléfono de su tío al propietario para decirle que el pago el alquiler se retrasaría. Parece ser que no encontró el momento de deshacerse de los cuerpos y el olor alertó a los vecinos. Ahora está en prisión y será juzgado en España. Seguro que se hará un estudio psiquiátrico de su personalidad, pero de lo que no hay duda es de que tenemos un psicópata más entre nosotros, y estos personajes saben perfectamente lo que hacen, solo que, en ocasiones, necesitan consejos para perfeccionar su técnica. Nadie nace enseñado.