Duran y Rahola: Pimpinela story

No sé qué es más divertido, si la competición para ver quien hace la futura Constitución Catalana más parecida a la de Corea del Norte, los cánticos de adhesión inquebratable al ‘president’ por parte de la Coral de Paniguados de la Societat Civil Subvencionada, el intento cutre del presidente del Barça de tapar las presuntas golfadas fiscales de su junta con la ‘estelada’ bajo el manto de la ‘persecución’ de ‘Madrit’ o la escenita de amor-odio entre Duran y la Rahola ante los micrófonos de RAC-1.

Conociendo la fama de ambos dos uno podría pensar que aquí hay temita, pero no, más que amor lo que hay es intento de simulación de hacer ver lo que no son

Conociendo la fama de ambos dos uno podría pensar que aquí hay temita, pero no, más que amor lo que hay es intento de simulación de hacer ver lo que no son. Porque uno bajo la capa de político de ‘seny’ lo que oculta es un oportunista de tomo y lomo, y la otra no es ni periodista ni nada que se la parezca, es simplemente la dirigente de la barra brava que anima a Artur Mas para que gane el partido, mientras pone la mano para ver que nueva prebenda consigue. Todo muy legal, seguro, pero muy descarado, también.

Es una pena, porque Duran y Rahola darían para unos cuantos temas musicales estilo Pimpinela. Tienen la pose, el ardor y la oratoria. Pero son unos personajes tan amortizados que no hay quien se los crea. Ya no sirven ni para ‘Escenas de Matrimonio’ ni para el Circo Chino de Manolita Chen. Porque los cómicos de la legua merecen mucho más respeto que esta pareja de farsantes que han tomado el pelo a muchos catalanes durante lustros. Uno con su estilo de ‘puente aéreo’ y la otra jugando a dar lecciones de moral tras haber sido una diputada y concejala tránsfuga.

Ya que estamos, les recomiendo, si aún no lo han leído, el último libro de Ramón de España, ‘El derecho a delirar’. Un dietario sobre la locura del ‘procés’ en el que personajes como Duran tienen cierto protagonismo. Y comparto el diagnóstico que Ramón elabora sobre la figura del todavía líder social-cristiano.