Del Dragon Khan a la Estampida

Toni Bolaño
22.11.2020
6 min

¿Se acuerdan ustedes cuando a los tripartitos de Maragall y Montilla los calificaron como el Dragon Khan? Los célebres episodios nacionales se repetían sin cesar. Empezó Josep Lluís Carod Rovira, que se fue a Francia a entrevistarse con la cúpula etarra mientras ejercía de president en funciones. O cuando Joan Puigcercós anunciaba cambios en el gobierno al tiempo que se los comunicaba al president José Montilla. O con la crisis del apagón de Barcelona, el derrumbe del Carmel, las continuas broncas a cuenta del Estatut, la gestión de la sequía, el plan Bolonia o los incendios... Todo junto hizo un paquete, el llamado Dragon Khan: un gobierno de coalición situado en su máximo punto de contradicción.

Todo eso queda lejos. Queda un reflejo ampliado en los gobiernos que lo sucedieron. Primero los de Mas, que no supieron gestionar la crisis y se abrazaron al independentismo como tabla de salvación. Luego el de Puigdemont, para acabar con el de Torra. Y las secuelas que dejó éste. que mucho hablar de país, de Cataluña, y de patria, para acabar supeditando al país, a la patria y al conjunto de Cataluña a los vaivenes de una crisis interna que no parece tener fin. Al Govern de ahora le queda pequeño el calificativo del pasado. No son un Dragon Khan, son una Estampida. Es más, aquel Dragon Khan se nos antoja un tiovivo de feria.

Los episodios de esta semana hacen sonrojar, pero no se engañen, no son excepciones, ni coyunturales. Son estructurales, consecuencia de un enfrentamiento cainita entre dos formaciones que aspiran a ganar las elecciones a su mayor adversario, con el que comparten gobierno. A los de JxCat no les salen los números y amagan incluso con retrasar las elecciones del 14 de febrero. Y mientras, se dedican a erosionar a un contestón y activo Pere Aragonès, que dista mucho de conformarse con un papel testimonial, de jarrón chino o de florero.

Por eso, Aragonès atraviesa cada día campos de minas. Tiene que conformarse con el Govern que tiene, no puede deshacerse de nadie --incluido alguno de los suyos--, pero además tiene que aguantar la deslealtad en su máxima expresión. La filtración de documentos de trabajo para poner en tela de juicio al responsable del Govern pasa todas las líneas rojas por parte de JxCat. Y por parte de su conseller llanero solitario Tremosa”, que se ha erigido en un verso suelto que desafina tanto como habla. Ni Bargalló, ni Puigcercós, ni el propio Carod se atrevieron a tanto contra Pasqual Maragall o José Montilla. No es ni casualidad, ni un error: es una estrategia bien pensada que sólo trata de erosionar la fuerza de una ERC, que virtualmente está mejor situada en la carrera electoral.

JxCat está inmerso en su propia charca de crisis. Primarias en unos días, un partido inexistente, el PDECat levantando cabeza, y un líder que como no controla, quiere marcar distancias con el desaguisado. “Puigdemont no se presenta porque es el president de todos”, dijo Borràs en Catalunya Ràdio. Vamos, presidente de todos, pero que tenga sus manos lejos del cáliz que puede controlar el partido. Borràs puede ganar y ya agita su propia línea de defensa ante el ataque “del Estado” a su integridad, puesta en duda por un señor que explicaba en correos electrónicos cómo beneficiarse de la cosa y que acabó condenado en otra causa por tráfico de drogas. Borràs travestida de zarina ofendida pasa por alto estas cuestiones, como que la causa se inició por las actuaciones de los Mossos, y se anuncia una pena de 15 años, como si el fiscal hubiera ya hecho sus conclusiones.

Con este cóctel latente, la Estampida va a todo trapo. Todo vale para erosionar a ERC y, sobre todo, a Pere Aragonés. No tiene carisma, ni es un orador apasionado, pero sí parece un gestor con tesón. No lo tiene fácil, porque entre los suyos no todo es brillante, porque no controla el sottogoverno y porque la debilidad y fragilidad del Ejecutivo no se lo pone fácil para gestionar la mayor crisis de la historia reciente. Pero, al menos, parece ser el único que aguanta. Hasta la oposición tiene una actitud permisiva con el presidente en funciones. Está al frente de una entelequia, de una mala copia de lo que debería ser un gobierno que está en permanente jaque por parte de aquellos que cuando hablan se llenan la boca de patria. Esta al frente de un gobierno fallido en plena Estampida de sálvese quién pueda.

 

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¿Quién es... Toni Bolaño?
Toni Bolaño

Periodista. Miembro del Consejo Editorial de CRÓNICA GLOBAL. Ex director de Comunicación de la Presidencia de la Generalitat y del Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Tertuliano en Cadena Ser, Antena 3 y La Sexta.