Como nos enseña el Teorema de Blades, "la vida te da sorpresas". Donald Trump será presidente de EEUU en enero. El fantasma de Reagan y el populismo de derechas antiestado vuelve a EEUU, igual que el de Thatcher ha vuelto a Reino Unido tras el Brexit. La mayor preocupación es la seguridad y el equilibrio en el tablero mundial. Los principales riesgos económicos son:

  1. Proteccionismo y políticas antiinmigración que ya hemos visto en Europa con la crisis de refugiados y que ahora llegarán a EEUU.
  2. Cambios en la Reserva Federal que precipiten la normalización monetaria y puedan provocar una recesión mundial como en 1982.
  3. Una crisis fiscal como la que provocó Reagan. EEUU tiene un déficit estructural del 4% del PIB y una deuda pública neta del 80% del PIB (mayor que en 1982). Donald Trump ha prometido bajar los impuestos, lo que aumentaría el déficit, apreciaría el dólar y aumentaría el déficit exterior provocando inestabilidad en los mercados financieros como provocó Reagan.

Yo soy el primer indignado, pero los demócratas somos creyentes y debemos respetar el resultado. En contra de la percepción, los errores demoscópicos se concentran en muy pocos estados. Y en esos estados Clinton ha conseguido los votos previstos, pero el voto indeciso ha acabado votando a Donald Trump. ¿Por qué? Como dijo Churchill, lo siento pero no conozco a todos los ciudadanos de Michigan.

Pero se empieza a culpar a la globalización, a la austeridad y al descontento salarial de la victoria de Trump. En 2012 --con globalización y descontento-- Obama ganó las elecciones. En los gráficos anteriores se observa cómo el empleo industrial ha aumentado un 10% desde entonces, el salario medio ha aumentado un 10% y el salario mínimo ha subido un 10% hasta 8,5 dólares por hora, muy por encima del promedio de EEUU.

En contra de la percepción, los errores demoscópicos se concentran en muy pocos estados. Y en esos estados Clinton ha conseguido los votos previstos, pero el voto indeciso ha acabado votando a Trump

Objetivamente, la mayoría de ciudadanos de Michigan están mejor que hace cuatro años. En ese estado se han aplicado medidas para mejorar el salario y la desigualdad (buena parte del plan de estímulo fiscal de Obama) y el empleo industrial ya supera el nivel de 2007.

Clinton ha obtenido los votos que pronosticaban las encuestas y un 5% de indecisos de Michigan ha acabado por votar a Donald Trump. ¿Resultado? Ha ganado las elecciones por 58.000 votos en ese estado.

Vivimos en un mundo complejo donde la velocidad de los cambios es de vértigo. Los cambios tecnológicos han provocado profundos cambios sociales, que también afectan al voto en las elecciones. Como nos enseñó Einstein, dentro del caos hay un orden aunque los humanos no sepamos entender cuál es. Pero lo que sí se puede decir es que objetivamente el empleo, los salarios y la desigualdad y el salario mínimo están mejor que hace cuatro años, cuando Obama y los demócratas ganaron las elecciones en Michigan.

Mejor repasar a Lakoff y los manuales de ciencia política que los de economía para explicar por qué Donald Trump es presidente de los EEUU. Seguiremos observando. Y prudencia. La incertidumbre es como la niebla y hoy es más densa.

[José Carlos Díez es economista y autor del blog 'El economista observador'. Suscríbete aquí.]