Reconozco que el Parlament no siempre es el lugar más interesante del mundo. Y eso que dada la importancia de los temas que se suelen tratar (a excepción del tema recurrente que todos ya sabemos y que me niego a ser yo quien lo nombre de nuevo) debería ser, cuanto menos, interesante escuchar lo que ahí acaece. Pero como casi siempre la teoría no sobrevive en contacto con la realidad.

Pero en uno de los últimos plenos, en medio de una tediosa sesión de preguntas al Gobierno por parte del mismo partido del Gobierno (ERC) a la consellera de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, Teresa Jordà (ya pueden figurarse el pasteleo precocinado que ello supone haciendo preguntas ERC a su propia consellera de ERC), sucedió algo inesperado y que aún me tiene perplejo. La consellera dijo tan alegremente que se dictaría una moratoria en implantación de nuevas incineradoras, así como de ampliación de las ya existentes.

Esto puede parecer algo no tan grave, pero permítanme que les exponga la absoluta barbaridad que supone. Todos tenemos que ayudar a no acabar con nuestro planeta. Eso pasa por reducir drásticamente los gases de efecto invernadero (GEI) y por ello la Unión Europea y nuestra normativa estatal obligan a ello para llegar a una descarbonización completa, así como reducir dichos GEI.

Veamos primero qué acciones humanas generan más GEI en Cataluña. Con datos de 2017, el 31% los genera la industria, el 28% el transporte, el 15% la energía, el 11% la agricultura y ganadería, el 6% el residencial, el 5% los residuos y el 4% el sector servicios. Vemos como el 5% de esos GEI los genera el sector residuos, pero es que dentro de ese 5%, el 77% de los gases de efecto invernadero los generan los vertederos, no las incineradoras.

En Cataluña tenemos cuatro incineradoras y 25 vertederos. Hasta aquí, cualquiera diría que lo que hay que hacer es reducir los vertederos y apostar por las incineradoras, pero es que además en materia de vertederos hay una norma europea que obliga a que en el 2035 estas instalaciones solo admitan como máximo un 10% de la generación de residuos urbanos. Y la buena noticia es que ya se está trabajando desde hace años en mejorar las emisiones de las incineradoras y se conseguirá. Por lo tanto, lo que menos contamina de una de las actividades que menos contaminan aún contaminará menos.

Pero lo que dijo la señora Jordà significa que si no hay incineradoras solo cabe una posibilidad: más vertederos en Cataluña. Así de fácil, sin tapujos ni planes alternativos. Más vertederos en Cataluña.

Intentemos mirar al norte de Europa para ver cómo lo hacen ellos. He tomado de ejemplo Dinamarca, ya que siempre se autodenominan la Dinamarca del sur. Pues bien, en Dinamarca, país que ostenta una larga tradición de cuidado del medioambiente y que tiene una población muy similar a la de Cataluña, tienen 26 incineradoras. Veintiséis incineradoras y tan solo tienen cuatro vertederos. Recuerden los datos de Cataluña: cuatro incineradoras y 25 vertederos. Pero es que en Dinamarca la gestión de los residuos mediante vertedero supone tan solo el 1% respecto el 54% que representa en nuestra amada tierra. Y la solución para ello no es más vertederos, sino más incineradora y mejor recogida selectiva y más valorización energética.

Si quieren ser la Dinamarca del sur sería bueno empezar por copiar lo que funciona. Los experimentos con gaseosa, consellera Jordà, no con el futuro de nuestro planeta.