Pensamiento

Desobediencias (I): Martin Junqueras King en el metro de Shanghai

19 septiembre, 2014 08:27

Mucho se ha hablado y escrito sobre la llamamiento del Sr. Junqueras, realizado en una entrevista concedida a Catalunya Radio (minuto 18:30 en el enlace), a la desobediencia civil “como Martin Luther King”. Sin embargo, tal cosa no debería sorprender tanto, puesto que ERC ya contempló el recurso a este instrumento en un documento programático tan relevante como la ponencia política de su conferencia para la república catalana (página 49 y siguientes).

Sea como fuere, y visto que las apelaciones a Luther King son recurrentes entre los políticos independentistas, si el manoseo sigue a este ritmo su legado perderá en Cataluña todo prestigio. Existen modos de desobedecer y no todos entroncan con la causa antisegregacionista. Sin movernos de aquel contexto, baste decir que no todos quienes desobedecieron allá por los años 50 y 60 en los estados sureños eran antisegregacionistas. Muchos segregacionistas también desobedecieron, y ahí tenemos la famosísima foto de ni más ni menos que el entonces Gobernador de Alabama, George C. Wallace, junto con la Guardia Nacional ante las puertas de la Universidad intentando impedir la entrada de estudiantes de raza negra. Por cierto, la desobediencia del Gobernador concluyó cuando fue informado que el Presidente Kennedy había puesto a la Guardia Nacional bajo la autoridad federal (¡Atiza! Otro país que tiene algo similar al art.155 de la Constitución española).

¿Qué quiere Junqueras, que se haga lo que él desea o que se reformen las leyes? ¿Dónde está Junqueras? ¿Con el gobernador Wallace o con Luther King? Desde luego no con Luther King

Viendo que no era el único que desobedecía, no es de extrañar que Luther King tratara distinguir su desobediencia de la practicada por los segregacionistas. En su carta desde la cárcel de Birmingham, donde fue recluido por haber participado en una manifestación pacífica, Luther King escribió: “Jamás he sido partidario de atentar contra la ley o eludirla como harían los segregacionistas fanáticos. Eso nos llevaría a la anarquía. Quien desobedece una ley debe hacerlo abiertamente, amorosamente, con la voluntad de aceptar el castigo. Sostengo que el individuo que infringe una ley por creerla sinceramente injusta y acepta voluntariamente el castigo quedándose en la cárcel para agitar la conciencia de la comunidad en cuanto a su injusticia, está de hecho expresando un enorme respeto por la ley”.

En otras palabras, se puede desobedecer para que se haga de modo inmediato lo que a uno se le antoja, como pretendía el gobernador segregacionista Wallace, o se puede desobedecer, consciente del castigo que seguirá, para demostrar la injusticia de una ley y forzar al poder establecido a su reforma, partiendo, por tanto, desde el respeto a la ley, respeto que el Sr. Junqueras parece desconocer juzgando sus declaraciones sobre el Tribunal Constitucional. ¿Qué quiere Junqueras, que se haga lo que él desea o que se reformen las leyes? ¿Dónde está Junqueras? ¿Con el gobernador Wallace o con Luther King? Desde luego no con Luther King. No pensamos que Junqueras desobedezca para reformar las leyes, por la sencilla razón que YA puede reformar las leyes. El Parlamento de Cataluña puede iniciar una reforma constitucional. Citaremos otro fragmento de la carta de Birmingham, esta vez sobre la injusticia de las leyes: “Una ley es injusta si se impone a una minoría que, privada del derecho a votar, no tiene parte en la redacción e implementación de la ley”. Que sepamos, los catalanes estamos representados en la Cortes Generales en las mismas condiciones que el resto de españoles, y de hecho en muchos casos la mayoría de Diputados catalanes en la Cortes Generales ha apoyado investiduras y presupuestos. En España no hay leyes injustas.

Insistimos: No se comprende la incitación a desobedecer leyes que uno puede reformar. Menos aún mientras ni siquiera se haya iniciado esa vía, y de momento no hemos visto ninguna propuesta de reforma constitucional salida del Parlamento catalán. ¿Adónde quiere llevarnos Junqueras? Luther King descubrió enseguida hacia dónde nos dirigiríamos si todo el mundo actuara como Wallace, como Junqueras ahora pretende. ¿De verdad quiere Junqueras llevarnos a la anarquía? ¿Qué le hace pensar que otros no van a desobedecerle a él?

El metro de Shanghai

Quien haya tenido la feliz experiencia de desplazarse en el metro de Shanghai en una hora punta sabrá cuán placentero es compartir un metro cuadrado con otras 8 personas un día caluroso. La Sra. Forcadell publicó en un tuit que el mosaico del 11-S ocuparía 200.000 metros cuadrados. Si esto es así, y no tenemos por qué dudarlo, el mando de la Guardia Urbana de Barcelona nos tendrá que explicar cómo pudieron manifestarse 1.800.000 personas en esa superficie durante varias horas sin producirse una oleada de desmayos, lipotimias e insolaciones. TV3 entrevistó el 12-S a un monje que vive en Diagonal para que explicara que ofreció una botella de agua a unos manifestantes sedientos. Sí, ésa era la noticia de TV3, la teva. Nos quedamos sin saber si el agua era bendita, lo que nos habría ayudado a entender el milagro. 9 personas por metro cuadrado. Y ahí sigue el mando de la Guardia Urbana en su puesto.

1.800.000 participantes. Tres veces más que el número de inscritos. Es increíble con qué facilidad el 1.200.000 no inscritos se distribuyeron armónicamente entre los 11 km. ¡Qué prodigio!

1.800.000 participantes. Tres veces más que el número de inscritos. Es increíble con qué facilidad el 1.200.000 no inscritos se distribuyeron armónicamente entre los 11 km. ¡Qué prodigio! En las europeas IC-V, ERC y CiU recibieron 1.400.000 votos. Un caso insólito en el mundo: Se manifiestan todos los que votan y encima 400.000 personas más. Pensábamos hasta el jueves que esto sólo ocurría en la Alabama de los años 60, cuando los afroamericanos no podían votar.

Cataluña se está convirtiendo en un lugar donde a la verdad le cuesta encontrar aposento. Estudios serios publicados por El País y La Vanguardia estimaron la participación en la Diada de 2012 en alrededor de 600.000 personas. El equipo del catedrático Oller contó, que no estimó, los integrantes de la cadena humana de 2013: 793.683. Y este año, si se tenían que llenar 200.000 metros, siendo muy generosos, deberemos concluir que la participación se encuentra en algún punto entre las cifras de 2012 y 2013. Hay que decir la verdad: no hay hoy en Europa ninguna causa que sea capaz de movilizar a tantas personas, pero aún así estas movilizaciones no tienen la dimensión necesaria para cambiar la Historia y además están perdiendo poder de convocatoria. No se puede confundir un país con una manifestación.

Políticamente no es lo mismo que el número de manifestantes crezca o que se quede estancado. Políticamente no es lo mismo que se manifiesten 1.800.000 personas que 600.000. No lo es. El tamaño importa. Hasta para desobedecer. Hasta para obedecer a Junqueras.