Tremendo. Desconcertante. Circense. Muy teatral. Así ha sido el debate de investidura de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados, que cada vez se parece más a un circo, pero sin artistas. Estamos repitiendo, cuatro años después, la misma obra de teatro. Sólo se han cambiado los papeles. Entonces el protagonista era Mariano Rajoy y hoy es Pedro Sánchez. Y, ¡oh casualidad!, qué casualidad, con el mismo número de diputados, 123. Entonces Pedro defendió el “no es no”, y hoy eso mismo lo defienden el PP y Ciudadanos. Teatro. No hay acuerdos. No hay entendimiento ni entre los similares ideológicamente. Tal vez hoy, jueves 25 de julio, día del Señor Santiago, haya acuerdo entre PSOE y Podemos y sea el día del señor Pedro Sánchez. En política basta con un café, cinco minutos y un buen sobre de subvenciones para tener votos favorables. Todo tiene un precio que luego pagamos los ciudadanos de la calle.

De momento manda Pedro. Manda incluso en Podemos. Él decide quién le acompañará de Podemos en la mesa del consejo de ministros. ¿Montero vicepresidenta? ¡Ay Pedro! Gran error. Metes a la Dama en el gallinero. No quiero utilizar el refrán. No. Esto es más serio. Mucho peor que tener a Pablo. Ya lo comprobarás, si se cumple el pronóstico. Peleas en la mesa, peleas en la vicepresidencia, peleas en los pasillos, peleas en el Congreso, peleas en las televisiones, peleas a destajo. Seguro que controlabas mejor a Pablo. ¿Varias vicepresidencias? Da igual. Montero las acaparará todas. O lo intentará. Pelea dura con Calvo. Muy dura. ¿Quién mandará en el Gobierno? Montero. Pedro no. Usted, don Pedro, pasará a un segundo plano. Lo puede usted dar por seguro. Piénselo. Está a tiempo. Una crisis de Gobierno antes de Navidades sería su entierro.

Entiendo que usted no se lo cree. Porque anda muy crecido. Vende su victoria pírrica como si fuera mayoría absoluta. Y tiene una miseria de diputados. Y además casi todos nuevos no saben lo que hay que hacer, ni donde votar (apretando el botón sin equivocarse), ni dónde están los servicios para ir a expulsar la adrenalina. Quiere usted hacer un Gobierno con vascos y catalanes. Difícil. Mejor vamos a elecciones y que Dios reparta suerte. Seguro que lo está pensando. Jugar a sobrevivir cada día sería su mayor error. Luego llega el debate de Presupuestos y se cae como con los pasados. ¿Los tiene ya amarrados? ¿Lo ha negociado? Si no lo ha hecho se dé usted por perdido. Será el gran perdedor. ¡Cuidado, Pedro! Repetir errores será su tumba. Usted será el gran perdedor.

Ya todos sabemos, hasta los de pueblo, que la política es el arte de mentir. Los días pasados han batido récords de insultos y zancadillas. Incluso usted negó el compromiso democrático de Pablo Iglesias cuando fue él el que le hizo presidente. Ya Groucho Marx dijo que “la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos y aplicar las soluciones equivocadas”. Tome nota con las soluciones a su problema de ser presidente. No todos los contrarios son enemigos, ni todos los socios son amigos. Cuidado. El engaño está muy presente. Y el interés, más. Que en 83 días desde las elecciones, (qué barbaridad) sólo haya conseguido un voto del resto de partidos da señales de que algo se ha hecho mal. O casi todo se ha hecho mal. Las negociaciones han fallado. ¿Los negociadores también? Entonces sobran. Han transcurrido muchos días. La negociación debería estar cerrada porque es una decisión histórica para España. 83 días perdidos. Demasiados. Más que dejadez ha sido incompetencia. Muy fuerte.

Han ido mal las negociaciones. A pesar de que incluyan a Irene Montero de vicepresidenta. Y un par de ministerios. Si también entra Echenique en el Gobierno, date por muerto, Pedro Sánchez. Es como meter a la zorra en el gallinero. Gabriel Rufián, portavoz de ERC, citó la fábula de Esopo La zorra y el leñador, aunque mejor sería referirse a la fábula del granjero que puso al zorro a cuidar del gallinero. Se las comió. Puede que Montero y Echenique, además de comerse las gallinas del consejo de ministros, le coman a usted también, Pedro Sánchez, que eres el granjero de turno. Rufián ya le ha advertido del peligro de no ser legal con los socios. Como le advirtió Aitor Esteban, portavoz del PNV, en su paseo por el monte para recoger setas. No vale ir sólo de paseo, hay que recoger setas, buenas o malas, pero recoger, doblar el espinazo y llenar el cesto. ¿“A qué estamos, a Rolex o a setas”?, le preguntó Aitor. Hay que llegar a acuerdos “mejores o peores”. Aunque sea con poesía, como le dijo Laura Borrás, portavoz de JxCAT, con el poema Orejas de Fabio Morábito, donde le aconseja tener “dos orejas: una para oír a los vivos, otra para oír a los muertos”.

Tal vez la pasada noche fue muy larga y lo anterior no tiene sentido porque en dos minutos llegaron a acuerdos. Tal vez haya presidente y gobierno sin nadie que cuide de las gallinas. Tal vez haya prescindido de la Dama que cuide de sus ministros. Tal vez haya mejores deseos que realidades. E incluso Pedro Sánchez se haya bajado de la moto Harley Davidson en la que circula y pise la calle real de los ciudadanos. Y deje acercarse a los periodistas en el patio, pues no le van ni a robar ni a morder. Tal vez haya cogido la pasada noche un libro de Quevedo y ponga los pies en el suelo al leer que “la soberbia nunca baja de donde sube, pero siempre cae de donde subió”. Tal vez tengamos presidente. O no.