No para. Sigue granizando. Ya están encerrados González y Granados. Esperanza, en su casa. A Cifuentes le están enseñando la puerta. ¿Y el Gobierno? Impasible. Mariano no se inmuta. Le han reprobado un ministro. El de Justicia. Y dos fiscales. El fiscal general del Estado y el de Anticorrupción. No se inmuta, Mariano Rajoy. Como el que oye llover. Pero ahora graniza. Y amenaza piedra. Se necesita un paraguas grande, muy grande, como los que lleva Esperanza cuando juega al golf. Ella sí tiene paraguas. El del ministro de Justicia, Rafael Catalá, es pequeño. Veremos si aguanta la tormenta.

Este Gobierno está muy en minoría. Ya lo sabíamos. Hasta su socio, Ciudadanos, lo ha abandonado. Juega al ratón y el gato. Juego peligroso, por si una vez te coge. Hoy con el Gobierno, mañana con la oposición. ¡Uf! Peligro. Toda la oposición unida. Porque este trío, se supone, es el muro que ha puesto Mariano para que entorpezca el proceder judicial sobre tanto caso de corrupción. Para que frene el tren de las corruptelas. Que no se acerque. Que no salpique. No quiero que me manchen el traje. Cualquier gobierno lo haría. Cierto. Pero pondría en el ministerio a alguien más capaz y más limpio. Porque Catalá ascendió gracias a los servicios prestados. Tapar la responsabilidad del accidente del tren Alvia cerca de Santiago de Compostela. 81 muertos. Él era el secretario de Estado de Infraestructuras. Responsable político de los errores. Lo ascendieron a ministro. Como Dios manda.

De momento tenemos un tridente, Catalá, Maza, Moix --la CMM de la justicia--, como muro protector de Mariano. Estos están para evitar goles, no para marcarlos. Para hacer méritos, porque la justicia está últimamente muy cuestionada. Justicia al servicio del poder, del Gobierno

Ahora está para poner troncos en las ruedas del carro anticorrupción. Y pone muchos. Pero el peso del carro cada vez es mayor. No hay día sin un caso nuevo. ¿También Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid? Vaya, la abanderada del PP contra la corrupción. Si Cifuentes está manchada... apaga y vámonos. Ningún medio de comunicación ha insinuado nada. Ningún periodista ha publicado ninguna mancha. Lo ha insinuado la Guardia Civil, señora Cifuentes. La Guardia Civil. Y el socio de gobierno, Albert Rivera, ha pedido "explicaciones políticas; judiciales, ya veremos". Lo ha dicho Albert. Que comparezca en la Asamblea. "En política tenemos que dar explicaciones de todos los asuntos que nos puedan salpicar", comentó Albert. ¿No estará salpicada, señora Cifuentes? Entonces se apagan la luces del PP y... congreso de refundación. Todos a la calle... o a la cárcel, si hay delito.

De momento tenemos un tridente, Catalá, Maza, Moix --la CMM de la justicia--, como muro protector de Mariano. Estos están para evitar goles, no para marcarlos. Para hacer méritos, porque la justicia está últimamente muy cuestionada. Justicia al servicio del poder, del Gobierno. Murió Montesquieu. O está secuestrado, como apuntan desde Ciudadanos. A esta democracia joven le falta la Transición de la Justicia. No se hizo en su momento. No se ha hecho en la pasada legislatura del PP con mayoría absoluta. Pues quedará sin hacer. Hasta Gallardón le tuvo miedo, o reparos, o precaución. Algo ocurrió para que la Justicia no se renovara y se haya adaptado a los tiempos que corren. O que a los políticos le da igual. A ellos no les afecta, o casi. Están todos protegidos, están aforados. ¡Qué virus, señor!

Cifuentes se ha unido al fiscal Moix para atacar a policías y guardias civiles, para que no se excedan en sus funciones. Prefieren que no investigue nadie, como en tiempos pasados. Hay tormenta y caen piedras. Cada vez más. Políticos, jueces, fiscales se quieren repartir las funciones. Y controlar la información de los casos. Tal vez Cifuentes no tenga ninguna mancha. O puede que el juez Velasco no le aplique el quitamanchas para no quedarse sin caso Lezo. ¡Uf! Todo puede ser por culpa de los aforamientos. La tormenta sigue. Habrá que esperar bajo el paraguas. Que sea grande y fuerte.