Hablar y escribir del tema catalán es una pesadez. Cansa. A unos y a otros. ¿Cierto? Cierto. Pero todos los días hay algo nuevo, (o viejo, ya no se sabe), por lo que hay que volver a escribir. Que hay ruptura en el frente independentista. Prudencia. Ya se irá viendo. ¿Las negociaciones entre Moncloa y Cataluña se hacen desde una celda? Parece que sí. Si el río suena, aunque no lleve agua como el Manzanares, algo de verdad hay en el tema. ¡Que manda Junqueras, vamos! Nada nuevo. Ya mandaba en las negociaciones que mantuvo con la exvicepresidenta Soraya de Castilla y fueron un fracaso. Recordamos cómo la exdirigente popular puso todo su empeño (algunos dicen que no lo puso todo) en camelar a Junqueras. Junqueras la engañó, que ya es decir. A él no le preocupa Moncloa, le preocupa Puigdemont. Él no quiere acuerdos con Moncloa, quiere ser presidente de la Generalitat y luego ya veremos. ¡Cuidado, Pedro! Te puede llevar al hoyo como llevó a la Vice Soraya. Tiene tablas, muchas tablas el preso Junqueras. Y nada de prisa, aunque esté preso.

Que los temas a tratar se guisan en una celda ya parece claro. En la celda del preso Oriol Junqueras de la prisión de Lledoners. Incluso ha saltado a las redes una noticia falsa, una fake news (qué gran trabajo sobre las fake news han hecho Estudio de Comunicación y Servimedia) donde cuentan que han llevado a Moncloa al propio Junqueras, con nocturnidad y alevosía, en helicópteros militares. Con vuelta a prisión, al departamento de enfermería para disimular. Demasiado. ¡Qué barbaridad, cómo se inventa para enredar! Falsas noticias. Pero habrá que andar con cuidado. Todo puede llegar. De momento se intenta convencer a Junqueras que un indulto el próximo año sería bueno. Y que apoye al Gobierno central es primordial porque si hay elecciones y gana el Partido Popular… van listos los presos catalanes.

Por la España castellana no se cree demasiado lo de la independencia de Cataluña. Aunque hay profecías que auguran la destrucción de España. Lo mismo no sería tan trágico. Cinco o seis Estados, 18 serían demasiados, como paraísos fiscales y venga a recibir dinero. Bueno, ya tuvimos en tiempos pasados muchos reinos de Taifas. Y no pasó nada. Se mataban entre hermanos por heredar el reino, casi como ahora. Y ya tuvimos también en el siglo pasado otro problema similar con Cataluña y terminó como el Rosario de la Aurora. Historia. España ha fijado en los últimos tiempos su mirada en Cataluña. En toda la península se habla de Cataluña. Cuidado. Ya Ortega y Gasset matizó en su famoso discurso de 1932 que “tenemos ahora España tensa y fija su atención en nosotros. No nos hagamos ilusiones: fija su atención, no fija su entusiasmo”. La historia se repite. Que no se repita toda la historia.

Porque añadió Ortega que “el problema catalán es un problema que no se puede resolver, que sólo se puede conllevar; que es un problema perpetuo”. Así que habrá que negociar con sumo cuidado. Algo sí hemos adelantado con este Gobierno y es que se dialoga. Por fin. Ya es algo. ¿Hay que dialogar con todos? Me refiero al president actual, Torra; al president anterior, Puigdemont; y al vicepresident anterior Junqueras. ¿Quién manda en Cataluña? Se deberían aclarar y poner un interlocutor válido. Se ven tres cabezas. ¿Cuál es la decisiva? Se supone que en Moncloa lo tienen claro y por eso se negocia con Junqueras. El anterior partido Soraya-Junqueras no terminó bien. Lo mismo desde la celda se gana en racionalidad.

Si Junqueras pacta con Sánchez lo pueden llamar “traidor” (botifler!), la palabra a la que más temen los políticos catalanes. Puigdemont no adelantó las elecciones y Torra se asustó y dijo a los CDR que “apretar”. Miedo. Temor. Junqueras “traidor” y Torra adelanta elecciones en Cataluña y Junqueras no gana. Otra vez al principio. ¿Negociar con Puigdemont? Perder el tiempo. Él está de paseo por Waterloo. Y libre. Sobre todo, libre. Le resbala todo, por no decir otra cosa. Incluso el odio de Junqueras por fugarse y dejarle con el muerto y la celda.

El problema sigue en la cúspide. Se necesita en el Congreso los votos de ERC para aprobar los Presupuestos. Y los presos quieren llevar al independentismo a posiciones pragmáticas. Negociables. Y Junqueras está a la cabeza en esas negociaciones desde la celda. En la celda número X de la cárcel de Lledoners se concentra todo el poder. Y el futuro.