Circula por Youtube un video viral de una diputada guatemalteca, Gloria Álvarez, que encandila al Congreso de su país no sólo porque reúne los requisitos de belleza que exige Donald Trump a sus chicas, sino por su bien trabado discurso de las amenazas que se ciernen sobre las dos Américas: los dos populismos, el de izquierdas y el de derechas; y además dicho con la suave carencia caribeña. Por eso se ha convertido en viral.

La diputada califica como populismo de derechas al nuevo presidente de los Estados Unidos, y como populismo de izquierdas el cubano de los hermanos Castro y el venezolano de Nicolás Maduro en la maltratada patria de Simón Bolívar.

El populismo --dicho con una frase telegráfica-- consiste en buscar soluciones fáciles a los problemas difíciles de tal forma que hasta los analfabetos lo entiendan. Como hablan como ellos, lo entienden y lo votan.

El populismo consiste en buscar soluciones fáciles a los problemas difíciles de tal forma que hasta los analfabetos lo entiendan

El populismo es un fenómeno político que crece como la levadura en el horno cuando se dan unas circunstancias concretas porque la historia es una noria que va girando sobre un mismo eje. Por eso es tan importante conocerla. En la historia no se repite miméticamente porque, por ley de vida, cambian los actores.

La levadura del populismo crece cuando se produce un crisis económica de la envergadura de 1929. La de 2008 en nuestro país fue superior a la de hace ochenta años porque aquella afectó a las economías industriales, y España era un país agrario. Por eso, esta es más grave.

En 1980, estudiando la asignatura de Sociología política en la facultad, el profesor nos dijo que lo que sucedía en América acababa llegando a Europa en unos pocos años. Hoy las redes sociales nos las traen en horas. El profe me dejó boquiabierto cuando explicó que las monedas serían sustituidas por unas tarjetas de plástico, y que las máquinas de escribir darían paso a las computadoras no sólo en las redacciones periodísticas, sino en nuestras casas.

Barbeta explicaba que ese populismo de América había llegado a Europa con el crecimiento de los nacionalismos, entre ellos, el separatismo en España

Jordi Barbeta, corresponsal de La Vanguardia en Washington, explicaba el pasado miércoles en televisión que ese populismo que se estaba dando en América, denunciado por la diputada Gloria Álvarez, había llegado a Europa con el crecimiento de los nacionalismos: el Brexit en Gran Bretaña; Marie Le Pen en Francia; en algunos Estados eslavos ante la emigración Siria, y el separatismo en España.

Esto me dejó desconcertado porque Barbeta era el jefe de Política de La Vanguardia en los primeros cuatro años de la Generalitat de Artur Mas, cuando el diario del Conde se dejó seducir por el separatismo. No hablaba a humo de pajas.

Esta es la explicación que he suscrito desde el primer día cuando la Generalitat de Mas se echó al monte en septiembre de 2012.

El 20% de los electores indepes de corazón de toda la vida se convirtieron en levadura separata gracias a la mentira planificada por unos pocos ideólogos, el dejarse llevar por una inercia ambiental de muchos catalanes y la desesperación de un tipo de personas como los padres del tuitero Rufián.