Pensamiento

Albert Rivera, Pilar Rahola y Kosovo

20 diciembre, 2013 08:38

El miércoles 18 de diciembre en el programa 8 al dia de 8TV se anunció una entrevista a Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, pero, a mi entender, en la cadena no deben de tener demasiado clara la diferencia entre géneros periodísticos porque lo que se ofreció, en realidad, era más semejante a un debate. De hecho, tanto es así, que el entrevistado, en más de una ocasión, se quejó de que Pilar Rahola le interrumpía constantemente y no le dejaba explicarse e, incluso, un par de veces llegó a exclamar perplejo "¿Cuál es la pregunta?", porque, efectivamente, el supuesto entrevistador de turno había dejado ir alguna larga disquisición sin que se pudiera atisbar sobre qué interrogaban al invitado. Vamos, nada que ver con lo que se suele considerar una buena entrevista: preguntas sobre temas de interés general y contrapregunta en caso de que el entrevistado se pretenda salir por la tangente.

Me gustaría plantear si el CAC tomó nota cuando Rahola le espetó a Rivera que le recordaba a los dos Primo de Rivera o cuando Cuní les recriminó "¿Pueden dejar de actuar como en una televisión española?"

No es la intención de este artículo analizar la peculiar entrevista, porque ya se ha hecho desde estas mismas páginas, pero sí que me gustaría plantear aquí, por si alguien me puede contestar, si el CAC tomó nota cuando Rahola le espetó a Rivera que le recordaba a los dos Primo de Rivera o cuando Cuní les recriminó "¿Pueden dejar de actuar como en una televisión española?", a lo que el entrevistado tuvo a bien recordarle que 8TV es, también, una televisión española. Reality bites.

Más allá de mi opinión personal sobre este nuevo formato televisivo del debate-entrevista, lo que realmente me parece preocupante es que Pilar Rahola leyera como arma arrojadiza para cuestionar la calidad democrática del líder catalán el siguiente fragmento de, según sus propias palabras, la "sentencia de La Haya a la declaración unilateral de independencia de Kosovo":

"Declaramos que no existe en Derecho Internacional ninguna norma que prohíba las declaraciones unilaterales de independencia. Declaramos que cuando hay una contradicción entre la legalidad constitucional de un Estado y la voluntad popular, prevalece esta segunda, y declaramos que en una sociedad democrática, a diferencia de una dictadura, no es la Ley la que determina la voluntad de los ciudadanos, sino que es esta la que crea y modifica cuando sea necesario, la legalidad vigente".

Cualquiera que oiga esto puede quedarse sorprendido de las enormes coincidencias entre estas palabras y el discurso nacionalista catalán: lo de la legitimidad de la voluntad popular por encima de las leyes y eso. La verdad, es sorprendente que un grupo de reconocidos juristas digan que los anhelos del pueblo pasan por encima de la legalidad constitucional de un Estado. Si es que, de verdad, parece que dichas palabras hayan sido creadas ad hoc para apoyar las tesis de los secesionistas catalanes. Tanto es así que se trata precisamente de eso. Y es que, más allá de la primera oración, no encontramos ni rastro del resto del texto en el documento original porque lo que leyó Rahola no es más que una burda falsificación de la Decisión del Tribunal Internacional de Justicia como se puede comprobar en el siguiente texto.

Lo que leyó Rahola no es más que una burda falsificación de la Decisión del Tribunal Internacional de Justicia

Parece difícilmente justificable que una persona que ha sido contratada para aparecer en un medio de comunicación no se tome la molestia de leer el documento original y dé por bueno un fragmento que en nada se parece al real. De hecho, este texto apócrifo ni tan siquiera responde al tema del que realmente trata la sentencia, a saber, si la declaración unilateral de independencia de Kosovo es ilegal o no. La sentencia no habla sobre la independencia en sí, sino sobre "la declaración" y, ni mucho menos, se mete en jardines de legalidad y legitimidad ni utiliza ese tono épico. Para ahondar en dicha sentencia, se puede consultar el análisis de Rafael Arenas, catedrático de Derecho Internacional Privado en la UAB y miembro de Puerta de Brandemburgo colectivo que que, dicho sea de paso, se antoja más necesario que nunca cuando comprobamos a diario la cantidad de bulos e informaciones poco veraces que circulan y que son difundidas por los medios con total naturalidad.

Pilar Rahola, no contenta con haber leído un documento falso, llega a repetir hasta doce veces "La Haya" y concluye su intervención acusando a Rivera -que en ningún momento entró al trapo- de ser "incapaz de decir que está en contra de la declaración de La Haya". Una declaración que, según ella, afirma que "los derechos de los pueblos están por encima de las leyes". Por supuesto, la sentencia no dice en ningún momento nada ni remotamente parecido.

¿Cómo es posible que en una cadena generosamente subvencionada se lea una falsificación de un texto jurídico? ¿Cómo se puede interrogar durante tres minutos a un entrevistado sobre un documento falso e insistir, además, que se pronuncie sobre ello? ¿Qué consecuencia puede tener que el público que seguía el programa en horario de máxima audiencia crea que realmente la legalidad internacional ampara el argumentario separtista y que el Tribunal de La Haya considere que la "voluntad del pueblo" está por encima de las leyes?

Quedamos pues, sra. Rahola, a la espera de su rectificación y de sus disculpas públicas. Es lo menos que merecemos los espectadores del programa.