El partido con más escaños el próximo día 28 de abril, fecha de la celebración de las precipitadas elecciones generales, será aquel que logre conectar y convencer a las clases medias. Cautivar a esas personas que, casi siempre en silencio, pagan impuestos, madrugan, trabajan, se forman, ahorran y se esfuerzan, marcará el resultado y la composición del nuevo gobierno de España.

La “nueva política” nos ha traído el fin del bipartidismo, parlamentos hiperfragmentados e hiperventilados, estridencias en el mensaje, polarización de los discursos políticos, elecciones cada dos por tres, alejamiento de la centralidad, el equilibrio y la ponderación. Sin embargo, “la calle”, la gran mayoría de las personas/votantes, siguen en el “centro”, en el sentido común, alejados de dogmas partidistas y siguen cada vez más escépticos ante la oferta política que escuchan en tertulias políticas que parecen gallineros.

Por eso creo que el reto de los grandes partidos españoles es tratar de hablar de cosas que sí afectan en el día a día de los ciudadanos: rebajas fiscales, defensa de la propiedad privada, seguridad, civismo, igualdad de oportunidades, sistema sanitario y educativo de calidad, gestión de políticas de vivienda, apoyo a los autónomos, cómo garantizar nuestras pensiones, ayudas a familias con hijos, costes energéticos y políticas para la creación de puestos de trabajo.

La gran mayoría de la gente está cansada de que los políticos se tiren las banderas a la cabeza, que traten de reabrir heridas del pasado guerracivilista español, que traten de enfrentar a mujeres contra hombres o ricos contra pobres. Los españoles queremos un Gobierno que apueste por la cordialidad, por unir, por mirar al futuro, que haga respetar la ley a todos los niveles y por construir una nación que garantice nuestra prosperidad y la de nuestros hijos.

En las próximas elecciones generales se llevará el gato al agua aquel candidato cuyas propuestas sean más realistas y que contribuyan más al bienestar de todos. No he escuchado muchas propuestas políticas últimamente que se acuerden de “esos” que trabajamos y tiramos adelante con nuestra familia como buenamente podemos. Pues todos “esos” somos la mayoría y vamos a decantar la balanza.

Antes de acabar el artículo, me gustaría pedirles a los periódicos, que también contribuyen mucho a que vivamos en un país de política inflamada, que, si algún grupo político presenta medidas serias en favor de las clases medias españolas también lo amplifiquen.

No sé si tendré suerte, pero me gustaría ver unas elecciones normales, con propuestas normales, explicadas de forma normal, para personas normales.