Pensamiento

27S: Una burla a la democracia

19 enero, 2015 08:19

El anuncio de elecciones anticipadas en Cataluña el próximo 27 de septiembre constituye una burla a la democracia que no ha sido suficientemente valorada ni por los partidos políticos, ni por los medios de comunicación. El presidente de la Generalidad tiene la facultad de convocar las elecciones cuando crea oportuno. Pero también es una obligación institucional fomentar la participación. Para eso están las campañas informativas institucionales. No hacerlo, y lo que es peor, discriminar a una parte de la población poniendo obstáculos a la participación de los que se cree menos adeptos a unas determinadas opciones es puro y simplemente antidemocrático. Y debe ser combatido. Legal y políticamente.

Solo es necesario repasar la participación en el 9N para ver el objetivo de la decisión de Mas, Junqueras y sus mediadores en la reunión de Palau: desincentivar, poner obstáculos, a los ciudadanos que se creen menos adeptos a sus tesis rupturistas

Hacer unas elecciones -nunca se han hecho en España- en el mes de septiembre implica que la precampaña será en agosto, y que todavía estarán de vacaciones una parte importante de la población laboral. No olvidemos que en grandes empresas y administraciones públicas las vacaciones se concentran en los tres meses de verano, septiembre incluido. Si ello no fuera suficiente, hacerlo en pleno puente de La Mercé, día festivo en Barcelona, donde trabajan muchas personas del entorno, y en otras poblaciones del área metropolitana, agrava el carácter antidemocrático de la convocatoria. Solo es necesario repasar la participación en el 9N para ver el objetivo de la decisión de Mas , Junqueras y sus mediadores en la reunión de Palau: desincentivar, poner obstáculos, a los ciudadanos que se creen menos adeptos a sus tesis rupturistas.

Soy de los que cree que un proceso de ruptura de cientos de años de convivencia, además de respetar los procedimientos legales, debe basarse en una amplia mayoría, que sea duradera y producto de un amplio debate y de una maduración sosegada. Los atajos, las prisas, las pretendidas urgencias históricas, las mentiras y medias verdades son trampas que no pueden tener premio en quien las impulsa. Aprovechar la crisis para vender soluciones mágicas es una forma de populismo propia de quién no es más que un aventurero oportunista.

Pretender imponer la independencia de Cataluña apelando a una mayoría absoluta de escaños, ni tan siquiera de votos, en unas elecciones autonómicas, además de estar condenado al fracaso, muestra el talante sectario de quienes lo pretenden. El problema no es tanto que obtengan sus objetivos, que no lo lograrán, como el perjuicio que causa a todos el mantener la tensión social, la incertidumbre política y económica, y la parálisis gubernamental en las cuestiones propias de su competencia y que deberían ser las prioritarias.

Tratar de obtener un objetivo ilegítimo, haciendo trampas disfrazadas de astucia, es más de lo que los ciudadanos deberíamos tolerar. Por eso debemos denunciar el pretendido carácter plebiscitario de las elecciones autonómicas, oponernos a su celebración el 27 de septiembre y movilizarnos para que la convocatoria electoral, una más que debería centrarse en solventar los muchos problemas que tenemos en vez de crear nuevos conflictos, se celebre en una fecha homologable y que garantice el acceso igual de todos los ciudadanos a las urnas.