Casa Labra (Tetúan 12. Metro Sol. Madrid) se define como taberna, y a mucha honra. Porque no hay nada más honrado que el noble oficio de tabernero, que calma nuestra sed y nos ofrece sus manjares para que salgamos satisfechos.
Si llevo cerca de treinta años acudiendo a mi cita madrileña con esta tasca no lo es por su historia. De acuerdo, lleva abierta desde 1860. Y Pablo Iglesias y los suyos fundaron aquí el PSOE. Con una visita para hacer la foto de la placa ya habría cumplido.
Si vuelvo una y otra vez, a pesar de ser un local que se abarrota a la hora de aperitivo, es porque el servicio es competente, sus cañas están bien tiradas y sus ‘soldaditos de Pavía’ son inolvidables.
No sé si es denominación popular o familiar, pero siempre he conocido las tajadas de bacalao rebozado de esta guisa, y no vamos a cambiar de costumbres a estas alturas. Son más que ricas. Y sus croquetas de bacalao también me enamoran.
A otro nivel, pero también de notable alto, están la banderilla de bonito y la empanadilla de carne. Reconozco que es mi póker de tapas cuando visito esta notable taberna.
Precios razonables, por diez euros puedes disfrutar de cuatro cañas, un par de croquetas y un par de tajadas de bacalao. Y un truco: en el interior de la zona de taberna (tienen otra de restaurante) hay un pequeño comedor. Muchos renuncian a buscar silla porque creen que siempre está lleno. Y a menudo hay sitio…