Todos los días van a trabajar. Su trabajo no sólo es esencial y necesario. Es imprescindible. Son los más de 1.000 trabajadores de la cooperativa farmacéutica Cofares que, dos veces al día, envían medicamentos a farmacias y hospitales a través de casi 1.600 rutas diferentes.
Organizados en más de 35 almacenes repartidos por toda la geografía española y en siete plataformas logísticas, preparan el suministro para más del 60% de las farmacias del país y un buen número de centros hospitalarios. Son los engrasadores de una máquina que cada día tiene que estar en forma en su lucha cara a cara contra el coronavirus.
Autoaplauso
En el almacén de Móstoles (Madrid), en plena zona cero de la pandemia del Covid-19, a las 12 del mediodía los trabajadores de Cofares se autoaplauden. Es su forma de darse ánimos y recabar fuerzas. Un aplauso tan necesario como los medicamentos. Ellos saben que no pueden permitirse el lujo de desfallecer. De ellos depende que no falte de nada en los hospitales que se baten el cobre a diario, ni en las farmacias que atienden a miles y miles de personas.
Desde el centro logístico de Las Palmas, y a pesar de las duras jornadas y de las mascarillas, nos obsequian una foto en la que no falta el buen humor.