Imagen ilustrativa sobre la Transición, de Peridis, recogida en la portada de 'Pequeña historia de la Transición' / ESPASA

Imagen ilustrativa sobre la Transición, de Peridis, recogida en la portada de 'Pequeña historia de la Transición' / ESPASA

Letra Clásica

El momento en el que la Transición estuvo a punto de fracasar

Victoria Prego explica a los adolescentes cómo se desarrolló el cambio de la dictadura a la democracia, con la idea de que no sea propiedad de la generación que lo protagonizó

16 junio, 2021 00:10

Una historia de abuelos, una pesadez que se repite y que se exhibe para descalificar las reclamaciones de cambio o las quejas sobre la democracia española. El relato sobre la Transición española se ha convertido en una especie de propiedad de la generación que la protagonizó y los jóvenes y adolescentes muestran su prevención ante unos hechos de hace más de 45 años. “El único momento en que vi el proceso político amenazado fue el del periodo que va de finales de diciembre de 1976 a finales de enero de 1977”, confiesa Rodolfo Martín Villa, por entonces ministro de Interior. ¿Pero qué pasó y cómo se puede explicar a una joven de 16 años o a un chico de 13 años la Transición?

La periodista Victoria Prego, identificada por completo a ese periodo histórico, ha buscado ese ángulo arriesgado con Pequeña historia de la Transición (Espasa), con ilustraciones de Peridis, con un relato vivo, con comentarios sobre cada momento, y que no esconde todos los peligros que se asomaron para truncar el paso de la dictadura a la democracia. No es un relato edulcorado, pero sí se acerca a la curiosidad de los jóvenes, con la idea de que, sin conocer bien la Transición, no se podrá entender cómo ha evolucionado España. ¿Aburre, es producto de una generación que quiere pasar como la que más se jugó el tipo?

La escritora Victoria Prego / APM

La escritora Victoria Prego / APM

Prego se dirige a sus nietos, Jaime, Gonzalo e Ignacio, que preguntan con curiosidad, cuando se muere el dictador Francisco Franco. “O sea, que se murió ese señor y ya se arregló todo”, señala uno de ellos, después de que la periodista haya relatado la agonía de Franco en El Pardo, con operaciones surrealistas, con el dictador sangrando y envuelto en una alfombra, porque la camilla no pasaba por la angosta escalera, hasta unas instalaciones próximas cochambrosas y nada preparadas. Todo aquello se llamó el “encarnizamiento médico”, ante el asombro de los jóvenes nietos de Prego.

Lo que explica, lo que relata con un lenguaje comprensible y directo para las nuevas generaciones, no deja de ser angustioso. Supone el momento culminante de la Transición, que ha pasado, con posterioridad, como un periodo “reformista”, que no comportó una gran violencia, y que, en realidad, no supuso un gran cambio. Esa ha sido la visión, precisamente, de muchos nietos de esos protagonistas, jóvenes más mayores que los nietos de Prego, que han acabado impugnando todo aquel proceso, y que se puede identificar con Podemos o con el independentismo catalán.

La 'Semana Trágica'

Pero los jóvenes escuchan aterrados. Prego relata el ciclo que comprende la muerte de Franco hasta las elecciones de 1977 y el referéndum sobre la Constitución, el 6 de diciembre de 1978. Y pasan cosas una detrás de otra, con celeridad, con brusquedad, que van en direcciones contrarias, con los más nostálgicos del régimen franquista agarrados a sus instituciones, y con una oposición, desde la izquierda, más consecuente, y que tiene en su horizonte ganar la democracia, capaz, para ello, de renuncias como la que protagoniza el Partido Comunista, al aceptar la monarquía de Juan Carlos I.

Prego se refiere a la "Semana Trágica", en enero de 1977. Una vez superada la angustia, el proceso se encarrilla, con sucesivos golpes de mano de Adolfo Suárez, que acabará legalizando al PCE de Santiago Carrillo el sábado 9 de abril de aquel mismo año, justo a tiempo para que pudiera presentarse en las elecciones del 15 de junio de 1977, las primeras elecciones democráticas tras la dictadura.

Portada del libro de Victoria Prego

Portada del libro de Victoria Prego

Pero, ¿qué sucede en enero de 1977? Justo antes, Santiago Carrillo es detenido por la Policía en Madrid e ingresa, teóricamente, en prisión. “Total, que lo envían a la cárcel de Carabanchel y lo instalan en el hospital de la prisión. Nunca llegó a ocupar una celda. A los ocho días, el 30 de diciembre, el líder del Partido Comunista de España sale en libertad”. La tensión es enorme.

El 23 de enero, “un estudiante cae muerto por los disparos de un pistolero del grupo ultraderechista los Guerrilleros de Cristo Rey”. Al día siguiente, el 24 de enero, el GRAPO secuestra al teniente general Villaescusa, presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar. Prego interpreta la jugada: “El GRAPO está buscando provocar al Ejército. Que el Ejército salte”.

El mismo día 24, “una estudiante muere a causa de un golpe recibido por un bote de humo lanzado por la policía cuando cargaba contra unos manifestantes. El impacto le destroza la base del cráneo”. Y la traca final: “Y, por la noche, de ese terrible día, el 24 de enero, un grupo de pistoleros ultraderechistas tirotean a nueve personas, miembros de un despacho de abogados laboralistas próximos al sindicato Comisiones Obreras y al Partido Comunista situado en la calle Atocha. Cinco de ellos mueren en el acto. Los demás resultan heridos”.

Violencia y muertos, eso también fue la Transición

Prego insiste: “Alguien, desde uno o varios puntos de la escena política, está intentando sabotear por todos los medios, incluido el asesinato, el proceso político hacia la democracia. Ese proceso que el Gobierno ha propuesto y los ciudadanos han respaldado con su voto (referéndum sobre la Ley para Reforma Política). Más de un sector social está intentnado que, desde un sector u otro, la gente se eche a la calle y vuelvan a producirse las escenas trágicas que en 1936 fueron el prólogo sangriento de aquella guerra civil que dejó abierta una herida insuperable en la memoria de España”.

Violencia, peligros, vaivenes, con secuestros y muertos. Eso fue también la Transición, que logra, tras la Constitución y las elecciones de 1982, con una masiva victoria del PSOE, girar como un calcetín el régimen franquista, como relató, de forma detallada el escritor Javier Cercas en Anatomía de un instante.

Los jóvenes escuchan las palabras de Prego, con dibujos de Peridis que ilustran el texto. Y aprenden que no fue un proceso que se tilda de pura reforma o de maquillaje. El texto se acompaña de fichas de los principales personajes, con unas pocas líneas sobre sus principales hitos. ¿Pueden los jóvenes entenderlo? El intento de Prego queda ahí, en un libro apto también para todos los adultos, para los interesadamente olvidadizos.