La psicóloga Neri Daurella analizar el proceso independentista en una tertulia organizada por Federalistes d'Esquerres / CG

La psicóloga Neri Daurella analizar el proceso independentista en una tertulia organizada por Federalistes d'Esquerres / CG

Ensayo

Daurella: “Cataluña vive un proceso de formación del espíritu nacional que recuerda al franquismo”

La psicóloga asegura que el independentismo, lejos de ser espontáneo, responde a la clásica estrategia nacionalista de reactivación de antiguos traumas, como ocurrió en la antigua Yugoslavia

4 octubre, 2017 00:00

Asume el riesgo de ser provocativa, pero la psicóloga Neri Daurella (Barcelona, 1945) asegura que Cataluña vive un proceso de formación del espíritu nacional que le "recuerda al franquismo". Especializada en psicoanálisis, explica que, en tiempo de crisis económica, “surgen fenómenos basados en la reactivación de antiguos traumas porque se necesitan enemigos exteriores para evitar agresiones internas”. De ahí que, en Cataluña, la derrota de 1714 se haya convertido en un referente del nacionalismo.

Esta psicóloga, que durante 30 años fue profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, participó recientemente en una tertulia organizada en la librería Alibris organizada por Federalistes d’Esquerres.

Daurella explicó que el 11 de septiembre se ha convertido en los últimos años en “una manifestación espectacular que reactiva un trauma de hace más de 300 años con la finalidad de utilizarlo emocionalmente al servicio de una ideología de reivindicación de derechos colectivos”. Pero advierte de que estos movimientos “no responden a una dinámica surgida por generación espontánea, sino que responden a la estrategia clásica de movilización nacionalista como la que dio lugar a la disolución de Yugoslavia”.

"Héroes y mártires del pasado"

“La ansiedad vivida colectivamente se condensa en el miedo a otro. Surgen héroes y mártires del pasado, que son mitificados. Es la dinámica del trauma escogido”, afirma Daurella.

De esta forma “se cierran filas respecto a un enemigo exterior y se intenta convertir a la causa a los no convencidos”. Un fenómeno que, en relación a los conflictos étnico-nacionales, ha sido estudiado por el psicoanalista chipriota Vamik Volkan (repúblicas bálticas, Eslovaquia, Turquía).

Así, en 2014, “se celebró a bombo y platillo el tricentenario de la guerra de sucesión de 1714. Se conmemoró la derrota de Barcelona a manos de los Borbones con una gran exposición en el Born Centre Cultural. Gente que hasta entonces no se había interesado por ello, se identificaron con los héroes de la resistencia”.

Durante el coloquio, la psicoanalista recordó la estrategia de los falangistas y su “formación del espíritu nacional. Ellos hablaban del Movimiento y tenían a los jóvenes como objetivo principal. Por su parte, el franquismo se planteó controlar las escuelas con una versión propia de la historia y la exaltación del concepto sagrado de la patria”. “[En Cataluña] estamos viviendo un proceso de formación del espíritu nacional que me recuerda cada vez más aquellos años. También existe un movimiento nacional donde se manipula la historia con base en determinados mitos del pasado. Las personas pierden gustosamente su individualidad para sentirse parte de un grupo grande y potente”.

Bajo el prisma del psicoanálisis

La psicóloga indica que “compartir prejuicios respecto a los demás es normal y no debe preocupar demasiado. Históricamente siempre ha sido así. Freud hablaba del ‘narcisismo de las pequeñas diferencias’. En tiempo de bonanza económica, no pasa nada, pero en tiempo de crisis económica surgen fenómenos que explica el psicoanálisis, como la reactivación de esos antiguos traumas. Surgen héroes y mártires del pasado, que son mitificados, y una reivindicación de derechos históricos”.

En este sentido, pone como ejemplo el yihadismo que reclama Al Andalus. “Tras los atentados de Barcelona y Cambrils, salieron voces en contra de la islamofobia, pero también sería deseable que ahora surgieran voces contra la hispanofobia y la catalanofobia”.

La victimización, dice Daurella, “sirve de instrumento para salir del anonimato, es como un bautizo, el orgullo de celebrar las derrotas pasadas”. Subraya que, al igual que otros procesos nacionalistas, surge una neolengua —DUI, derecho a decidir, estructuras de estado, expolio fiscal, pedagogía, derechos históricos y, el más reciente, tsunami democrático— que transmite una sensación de momentos decisivos.