Las cucarachas tienen una genética que les hace aguantar insecticidas / PIXABAY

Las cucarachas tienen una genética que les hace aguantar insecticidas / PIXABAY

Ciencia

Las cucarachas no dejan de evolucionar: ahora son resistentes a los insecticidas

Un estudio publicado en 'Scientific Reports' demuestra que estos animales cada vez están más preparados para aguantar productos químicos

9 julio, 2019 14:42

El mito dice que las cucarachas pueden sobrevivir incluso a un desastre nuclear. Verdad o no, lo que sí se ha probado ahora es que cada vez son más resistentes a productos químicos como los insecticidas. Así lo ha asegurado una reciente investigación publicada en Scientific Reports, revista de la prestigiosa Nature.

Y es que, como especifica este estudio, los insecticidas ya no son la única opción a la que hay que acudir para acabar con las cucarachas.

Todos los insecticidas no funcionan

La investigación se ha centrado en la cucaracha alemana (blatella germanica), una especie que vive exclusivamente en ambientes de humanos como casas y edificios y que son peligrosas para la salud pues cuentan con alérgenos que pueden provocar asma y otras enfermedades en las personas.

El problema que han determinado es que estas cucarachas cada vez aguantan mejor a diferentes insecticidas. Los investigadores hallaron que estos insectos sobrevivían a los productos químicos hechos a base de abamectina, ácido bórico y tiometoxam. Probaron estos en diferentes ciclos e intervalos y pese a ello el tamaño de las poblaciones de cucarachas no disminuyó en el tiempo que se realizó el tratamiento.

En constante evolución

Uno de los factores que lleva a que las cucarachas puedan desarrollar la resistencia a los insecticidas es que su esperanza de vida es de unos 100 días, lo que posibilita que perduren los genes de las cucarachas con la mayor capacidad para resistir a estos productos. De esta manera, pasan más rápidamente de una generación a otra y cada vez hay más que pueden aguantar a dichos químicos.

El cómo han evolucionado aún está por determinar sin más pruebas genéticas y esto será clave para desarrollar insecticidas que funcionen. Los investigadores han establecido que una manera efectiva de acabar con ellas es haciendo uso del “manejo integrado de plagas” que implica, además del uso de tratamientos químicos, la utilización de trampas, limpieza de restos y basura de la superficie y el aspirar a las crías para acabar con la proliferación de las mismas y reducir sus poblaciones.