Elogio de Dante

Elogio de Dante FARRUQO

Letras

Boccaccio y su 'Elogio de Dante' o el origen remoto de la biografía literaria moderna

La editorial Acantilado publica la biografía que el padre del Decamerón dedicó al autor de la Divina Comedia, su predecesor en la configuración del italiano como lengua literaria

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Dante Alighieri sufrió la sumisión y la obsecuencia. Fue el primero, entre los itálicos, en exaltar la lengua vulgar (el florentino), al igual que Homero lo hizo entre los griegos y Virgilio entre los latinos. Fue expulsado de su república, Florencia, y redimido en Rávena -protegido por Guido de Polente-, ciudad en la que residió hasta el final de sus días, tras comprobar que era imposible su regreso a la patria. A su muerte, otro poeta y amigo, Giovanni del Virgilio (así llamado por sus constantes citas del gran hacedor de hexámetros) , escribió un famoso ornato –“...teólogo que domina toda la doctrina/ que la filosofía nutre en su seno....”- en el que expresaba su admiración por el uso de la lengua que Dante introdujo hasta rescatarla y convertirla en el docto italiano, una lengua “más gloriosa que cualquier otra”, escribió Giovanni Boccaccio en su Breve elogio de Dante (Acantilado).

Se ha dicho con razón que la aportación de Boccaccio -no olvidemos nunca su Decameron- es el primer antecedente de las biografías contemporáneas de grandes escritores por su alternancia entre lo íntimo y lo social; y es así, solo si por íntimo entendemos lo sagrado, incluyendo en él la pasión erótica, no la beatería; e identificamos lo social, no con la poesía, sino con las instituciones del tiempo de las repúblicas lideradas por señores de la guerra y de las finanzas, parecidos a los plutócratas de nuestros días.

Por la capacidad de discernir e interconectar espacios, compartimentos aparentemente estancos, la biografía de Boccaccio puede evocar un trabajo incomparable con el de James Boswell en su Vida de Samuel Johnson, en la tradición de los altos estudios de Edimburgo y del Trinity College de Dublín, donde el Doctor conoció a Adam Smith, y estableció concordancia con Edmund Burke, formándose así la troica que, en la segunda mitad del XVIII, defendió una concepción moral que hoy perdura. Boswell aclara el mensaje de Johnson después de Shakespeare y de Milton. Dante, tres siglos antes, en su libro De Monarquía, se muestra a caballo entre la escolástica y el sutil Dolce stil novo; su medievalismo a contra corriente cambia el modo de interpretar el mundo.

Dante leyendo

Dante leyendo

No se trata de establecer ninguna imposible relación entre el positivismo científico de los tres sabios británicos y el stilnovismo de la segunda mitad del siglo XIII, de los Dante, Cavalcanti, Guinizelli o Dino Frescobaldi. Estos últimos rescataron a la poesía del mundo trovadoresco para introducirla en el mundo académico de la Baja Edad Media. Consagraron una nueva lengua, el italiano, una forma de sentir que perdura. 

A lo largo del novecientos, el género biográfico sobre escritores indiscutibles fue recibiendo otras aportaciones menos magnificas, pero muy estimulantes, como la de Olivier Todd, biógrafo y gran conocedor de Albert Camus; la de Fernando Pessoa a cargo de Robert Bréchon o la del joven Kafka de Klaus Wagenbach. Son obras, entre otras, que abrazan la emoción y la razón, en línea con el primer libro autobiográfico de Dante (Vita Nova), en el que el autor ya revela su amor por Beatriz, la “beatificadora” y “dadora de buenaventuranza”. Los cantos biográficos de Dante sobreviven hasta poco antes de su muerte, con De vulgari eloquentia, su última obra, escrita en latín, en la que el poeta muestra “la doctrina del decir en lengua vulgar para quien quisiera cultivarla”.

El primero en identificar a Beatriz como una mujer real, llamada Beatrice Portinari, fue Boccaccio, precisamente en este Breve elogio (Trattatello in laude di Dante, su título original), en el que habla de una joven amada y deseada por el poeta, hasta la prematura muerte de ella, a los 25 años. El Trattarello desciende a lo humano y entra paralelamente en el plano de los cantos elevando a la musa en la más alta combinación de alegría, ira y creatividad, que dio luz a la gran obra de Dante. Boccaccio completa desde su tiempo algunas verdades como el hecho de que los hijos de Dante, Iacobo y Piero, terminaron en Rávena los pocos cantos de la Comedia que el poeta, ya fallecido, había perdido durante su huida de Florencia, perseguido como gibelino y partidario del Imperio.

Dante y Virgilio en el Infierno

Dante y Virgilio en el Infierno DANIEL ROSELL

La Divina Comedia mostró que, si los poetas paganos usaron a sus dioses en los momentos más excelsos, Dante podía hacer lo mismo con el Espíritu Santo, poetizando la revelación hasta ponerla ante los ojos de todos. La Comedia entrecruza gradualmente lo profano y lo sagrado, hasta llegar a una cima jamás alcanzada por el monoteísmo: “La teología no es sino la poesía de Dios”.

Cundo el Sacro Imperio dejó de ser una fuerza reguladora, en Italia nacieron los condotieros, los señoríos a los que el papado tampoco pudo controlar. Mateo Visconti se hizo fuerte en Milán, Castruccio Castracanni fue señor de Lucca, Simón Boccanegra de Génova, el duque de Atenas de Florencia, Cola di Rienzo de Roma, y Marino Faliero se apoderó de Venecia, mientras otros surgían en los abandonados estados pontificios de la Romaña; en Verona dominaron los Scaligeri, en Pisa, Huguccio della Faggiuola, y en Mantua los Gonzaga. Frente a ellos, la sola resistencia era delito.

'Breve elogio de Dante'

'Breve elogio de Dante' ACANTILADO

Dante recorrió casi todos estos territorios en busca de refugio. Boccaccio, su biógrafo, nunca le conoció personalmente. Su exégesis del poeta evita tratarlo como un hombre público comprometido con su tiempo. No lo considera héroe de la gestas francesa o española y tampoco lo trata como a un sabio al estilo de Diógenes Laercio. 

Dante se hizo a sí mismo cultivando la poesía divina, una advocación, el cráter de la biografía por encima de que el poeta hubiese sido un hombre concernido en la realidad institucional de su tiempo. Boccaccio custodia a su personaje frente a historiadores y teólogos, dados a levantar a sus mitos con grandilocuencia; y acaso por esta razón, el Trattadello es una de las primeras biografías modernas. Defiende la verdad y los valores del humanismo, que más adelante acabarán imponiéndose durante el Renacimiento.

Boccaccio juega también a la adivinación. Aventura que la elocuencia poética de Dante encaja con la posición del firmamento el día de su nacimiento. El parto tuvo lugar con su madre recostada bajo un laurel, el árbol de Febo, cuyas hojas coronan a los poetas.