Patricia Martín y Eva Jiménez, fundadoras de la editorial Flamboyant

Patricia Martín y Eva Jiménez, fundadoras de la editorial Flamboyant SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Letras

Eva Jiménez y Patricia Martín (Flamboyant): "Hasta los 12 años, los niños son lectores"

Las fundadoras de este sello infantil y juvenil reflexionan sobre las dificultades de las editoriales independientes para sobrevivir a la competencia de los grandes grupos y analizan la crisis de la lectura que se produce entre la infancia y la adolescencia

Publicada
Actualizada

Fue en 2009, en plena crisis económica, cuando Eva Jiménez y Patricia Martín decidieron fundar Flamboyant, una editorial que después de tres lustros de trayectoria se ha convertido en un referente dentro de la literatura infantil y juvenil. Si bien el éxito les llegó con El monstruo de colores, libro escrito e ilustrado por Anna Llenas, Flamboyant es mucho más: en su catálogo encontramos libros de no ficción/divulgativos, libros cartoné para los más pequeños de la casa, álbumes ilustrados y narrativa tanto para primeros lectores como para adolescentes. Series como Malvarina o La tribu de Kai han atrapado a pequeños lectores; novelas como Pizzania. Una pizza para el dragón, de Martí Piñol han provocado las risas incluso de los padres y álbumes como El Sr. Pocket. Un amigo imaginario, Off, Mofeto y Tejón o Sunakay subrayan su compromiso no solo con el texto literario, sino también con la ilustración. 

Empecemos por el inicio de la editorial

Eva Jiménez: Patricia y yo nos conocimos hace ya muchos años, cuando trabajábamos en una agencia literaria. Fue al cabo de un tiempo cuando decidimos montar nuestro propio proyecto: nos llevábamos muy bien y nos unía el amor por los libros. Al principio queríamos montar una librería infantil, pero los números no nos salían, así que optamos por crear la editorial. Y así nació Flamboyant. Era el 2009.

En plena crisis.

Patricia Martín: De hecho, recuerdo volver ese año de vacaciones y todo eran noticias sobre bancos en quiebra, cierre de empresas…

Por entonces se dijo, como también durante el COVID, que los libros que mejor resistieron la crisis fueron los infantiles.

E.J. Cuidado con los números globales. Hay que mirar caso por caso. Es cierto que a los grandes grupos les va muy bien y que hay libros que venden miles y miles de ejemplares, pero no es algo generalizado. Al contrario, lo que sucede es que las ventas están muy polarizadas. De esto te das cuenta cuando ves que la diferencia en términos de ventas entre los primeros libros, es decir, los más vendidos, y el resto es relativamente grande. 

P.M. Oficialmente el nuestro es un sector muy resiliente. Hace 500 años que existe la industria del libro y continuamos, a pesar de que nos han dicho muchas veces que desapareceríamos porque el libro no interesa. Y aquí seguimos. La verdad es que es duro y los grandes grupos acaban ocupando cada vez más espacio y monopolizando todo el sector. Este contexto no pone las cosas fáciles para las editoriales pequeñas.

Editorial Flamboyant

Editorial Flamboyant SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

E.J. La natalidad está bajando y cada vez hay más editoriales independientes para los niños. Luego está la concentración editorial, que también afecta. Parece que el mercado se mantiene, pero a nivel numérico las ventas no están aumentando, al contrario. Lo que sí es cierto es que cada vez hay más pequeñas y buenas editoriales infantiles y cada vez se publican mejores libros. Las librerías dan importancia a la literatura infantil, pero cada vez son más pequeñas y esto hace que no siempre haya espacio para todos. 

P.M. Recuerdo esas librerías de dos o tres pisos… Ahora casi en ningún país existen ya. Cada vez más te encuentras librerías pequeñas, aunque en casi todas ellas hay un espacio relativamente grande dedicado al infantil.

Se dijo con la pandemia el libro infantil y juvenil se había mantenido porque, en esa franja de edad, siempre hay lectores.

P.M. Es cierto en el sentido en que hasta los 12 años los niños son lectores. Cuando llegan a la preadolescencia las cosas cambian, si bien con los años más de uno regresa a la lectura. Pero es incuestionable que a los niños se les suelen comprar muchos libros, aunque no siempre sea algo se que ponga de relieve.

E.J. Porque las editoriales infantiles estamos subrepresentadas en la prensa. Apenas se habla de nosotras y se reconoce el trabajo que hacemos. Por ejemplo, no se suele decir el trabajo que realizamos los editores de infantil dando a conocer nuestros los autores al extranjero. Nosotras, las editoras de infantil, promovemos muchas traducciones afuera, vendemos los derechos de nuestros libros y somos los principales valedores de toda una serie de autores de este país. En efecto, si te vas a ferias tan importantes como Frankfurt o Bolonia te darás cuenta de que la mayoría de las mesas en las que se realizan compraventa de derechos son mesas ocupadas por editores de infantil y juvenil.

¿Hay una literatura de primera y de segunda?

P.M. Sin duda. Y eso que muchos de nuestros autores de infantil, es decir, ilustradores y escritores, viven de sus libros. Es indudable que estamos en un momento de mucha precariedad, pero nosotras en nuestro catálogo tenemos autores que viven de lo que escriben. Y cuando digo que viven bien me refiero precisamente a que viven con cierta comodidad en España, en parte porque tienen buena parte de sus obras traducidas. En Flamboyant tenemos un 30% de autores que viven gracias a las ventas y a la fama que tienen fuera con las traducciones. Lo que sucede es que, aun siendo así, estos autores siguen estando infrarrepresentados, por mucha fama que hayan podido conseguir. Este es el caso, por ejemplo, de Anna Llenas.

Editorial Flamboyant

Editorial Flamboyant SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

E.J. Anna Llenas es una autora que ha sido traducida a 41 o 42 idiomas, que ha vendido millones de libros de todo el mundo y cuya obra ha sido representada por la Filarmónica de Londres. Sin embargo apenas se informa de esto. Lo que sucede es que es una ilustradora infantil y, además, habla de emociones, por lo que su infrarrepresentación es todavía mayor. No es la única. Algo parecido pasa, por ejemplo, con Meritxell Martí y Xavier Salomó, que también tienen muchos lectores en España y que en Francia son traducidos, conocidos y reconocidos. Y esto no se debe a otra cosa más que a la convicción de muchos de que la literatura infantil y juvenil es inferior con respecto a la llamada literatura seria.

¿Esta falta de reconocimiento es cultural?

E.J. Sin duda. Al respecto tengo una anécdota: estuve en Londres y fui al Teatro Nacional, donde representaban Ballets Shoes, la novela de literatura infantil que ahora publica Blackie Books. Tenías que ver las colas que había. Las entradas se habían vendido todas y en el teatro estaban todos, adultos y niños. Esto se debe a que hay un respeto en Inglaterra por este tipo de literatura, a la que no se la considera como algo meramente infantil, sino como una literatura interesante para todos y a la que se le reconoce un prestigio. Esto aquí no pasa. 

P.M. Aquí existe esaa idea de que, en una obra para niños, el esfuerzo y el valor intelectual es menor. Y es un error: el esfuerzo intelectual es prácticamente equivalente y esto se ve en el trabajo que hacen los autores, ya sea a través del texto o de las ilustraciones

¿En los últimos años la ilustración ha adquirido mayor importancia dentro de la literatura infantil? 

E.J. Yo diría que sí. Cuando era pequeña estaban Las tres mellizas, Teo y poco más. Ahora el escenario ha cambiado, en parte porque vivimos en una comunidad, Cataluña, donde hay muchas e importantes escuelas de ilustración. Ahora las editoriales contamos con grandes ilustradores que ofrecen una gran diversidad de obras, que trabajan con estilos diferentes y realizan trabajos de altísimo nivel. 

P.J. El álbum es un formato muy presente e importante a la hora de acercar la literatura a los niños. Sin embargo, diría que el boom del álbum fue hace diez e, incluso, quince años. De todas maneras, como editoras lo que hacemos es buscar que el producto que hacemos sea lo más atractivo y bonito posible. Intentamos ofrecer algo distinto con nuestras ilustraciones y esto es posible porque, como decía Eva, solo en Cataluña, tenemos cinco o seis escuelas de arte e ilustración muy importantes.  

Editorial Flamboyant

Editorial Flamboyant SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

E.J. Prueba de que tenemos grandes ilustradores es que muchos de ellos trabajan para editoriales extranjeras. En Londres hay ilustradores catalanes trabajando y publicando.

P.M. En cuanto al boom del álbum, en estos dos/tres últimos años hemos apostado por la narrativa infantil, destinada sobre todo a la edad de primeros lectores, es decir de 7 a 10 años. Es una franja de edad muy crítica, porque es el momento en que se pasa de libros con poco texto a textos narrativos más complejos, pero sin todavía ser lectores adultos o juveniles. Y he de decir que, para esta edad, no hay tanta oferta de calidad como nosotras creíamos encontrar. 

Sin embargo, ¿cada vez hay más profesionalización dentro de la literatura infantil?

P.M. Sin duda. La gente que nos envía propuestas son personas que saben qué es hacer un álbum infantil, saben qué significa escribir para niños. Los autores de literatura infantil son profesionales; de lo contrario serían incapaces de escribir un texto publicable, porque no es nada fácil escribir para un público infantil. 

E.J. Hay quien cree que escribir, por ejemplo, un álbum ilustrado es algo sencillo porque implica simplemente escribir poco texto, pero no es así. Se requiere un ejercicio de concisión del lenguaje a partir del cual construir una historia con sentido. Qquien nunca ha escrito para un público infantil difícilmente hará algo realmente interesante.

P.J. Si no estás acostumbrado a escribir para los más pequeños, si no te has formado en literatura infantil, ¿cómo vas a escribir algo que tenga valor? Lo mismo pasa a la inversa: pasar a una novela de adultos es complicado cuando tu registro y tu público es otro. 

'Crónicas de Pizzania: Una pizza para el dragón' de Martí Piñol

'Crónicas de Pizzania: Una pizza para el dragón' de Martí Piñol FLAMBOYANT

Antes habéis dicho que no es tan fácil encontrar textos de calidad…

P.N. Cuesta, sobre todo, encontrar autores que hagan textos chulos de no ficción y originales. Lo más difícil, de hecho, es la no ficción infantil, género sobre el que estamos trabajando bastante. Normalmente los libros de no ficción son encargos nuestros. Este es el caso, por ejemplo, de Instrucciones para encontrar alienígenas. Son libros que dan mucho trabajo porque tienes que buscar, por un lado, al autor y, por el otro, al ilustrador; es decir, son libros que creas de la nada. Además, lo difícil es conseguir hacer algo diferente y nuevo. Al final todos vivimos en el mismo mundo y estamos influenciados por el contexto, así que tú a lo mejor optas por un tema y luego, descubres que otras editoriales están trabajando sobre libros en torno al mismo asunto.

E.J. Patricia es la directora editorial y, por tanto, pasa mucho tiempo viendo catálogos de editoriales extranjeras y no es fácil encontrar, en parte por el volumen de títulos que hay, el texto que quieres para que encaje en el catálogo. El catálogo debe tener coherencia. Además, hay que tener en cuenta que lo que funciona fuera no necesariamente tiene que funcionar aquí.

¿Qué peso tienen las traducciones en su catálogo?

E.J. Intentamos tener cada vez más obra propia, porque de esta manera somos las propietarias de los derechos y los podemos vender fuera. Eso sí, como decía antes Patricia, crear un libro desde cero supone mucho trabajo. Comprar un libro implica traducirlo y poco más. Por eso tratamos de encontrar el equilibrio entre lo que podemos crear desde cero teniendo en cuenta los recursos dentro de equipo editorial y lo que podemos comprar y traducir para así quitarle algo de presión al equipo. 

El ecologismo, cuestiones de género, feminismo… Estos son algunos de los temas recurrentes en la nueva literatura infantil. ¿Cómo es vuestra relación con las tendencias?

E.I. Nosotras no nos hemos querido dejar llevar mucho por las tendencias; más bien hemos intentado construir un catálogo que nos parezca coherente con nuestros valores y nuestro criterio estético. Es cierto que en nuestro tercer año de trayectoria nos llegó un libro que ha marcado tendencia; me refiero a El monstruo de colores de Anna Llenas. Mucha gente nos identifica con el tema de las emociones, si bien solo hemos publicado este libro sobre el tema porque no queremos ser una editorial de un solo tema. Es cierto que nos gusta que en nuestros libros haya una importante presencia de chicas fuertes, pero es que, al final, somos una empresa donde casi el 100% son mujeres y cuyas dos fundadoras son mujeres. El feminismo nos importa por esto, no porque sea tendencia. Las cuestiones de género, por el contrario, no las hemos tocado, porque creemos que hay otras editoriales que sí lo que están haciendo ya, y muy bien. 

P.M. Un elemento que es recurrente y del que creo que los lectores son conscientes es el humor: queremos libros que entretengan, libros que resulten divertidos y atractivos, poque creemos que esta es la manera de enganchar a la lectura a los niños.

Editorial Flamboyant

Editorial Flamboyant SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Las series de televisión son uno de los entretenimientos más atractivos para el público adulto. ¿La serialidad, a través de los libros, también resulta interesante para los más pequeños? Os lo pregunto por Malvarina.

P.M. Hemos publicado seis libros de Malvarina. Terminamos la serie y ha sido un gran trabajo. Hacer cada año dos libros ilustrados da mucho trabajo e implica mucho tiempo. De hecho, hemos hecho seis, pero quizás no a la velocidad en la que deberíamos. Nosotros buscamos una determinada calidad en los libros y esto implica que vayamos más lentos respecto a otros a la hora de publicar. Lo que pasa con las series es que las niñas, al terminar una, querían en seguida el siguiente. Además, las primeras lectoras tenían 4 o 5 años y, cuando terminó la serie, tenían ya más edad y querían leer otra cosa. Lo que quiero decir es que las series obligan a trabajar con mucha rapidez.

E.J.  Además, actualmente, las librerías no aguantan mucho tiempo los libros a causa de la gran cantidad de publicaciones y esto lo vuelve todo más complicado. A pesar de todo, Malvarina nos ha funcionado muy bien. 

No quiero terminar la entrevista sin preguntaros por la importancia que tiene que un libro entre en los colegios o sea elegido como lectura por los docentes.

E.J. Es algo que se nota y mucho. Eso sí, cuanto entra un libro en las escuelas, como entró El monstruo de colores, no es por nosotras, sino que tiene que ver con los docentes responsables, en el sentido en que nosotras no tenemos el acceso directo a los colegios, como sí tienen otros grupos editoriales de acceso. Nosotras solo podemos rezar para que se interesen por uno de nuestros títulos.

¿Por qué no tienen acceso?

E.J. En primer lugar, porque requeriría tener un importante equipo de comerciales que fueran a las escuelas. Y, en segundo lugar, porque la ley fija una cadena que creo importante respetar. Hay quien hace trampas y nosotras no queremos hacer trampas.