Una imagen de la serie You don´t know me, un eficaz thriller judicial / NETFLIX

Una imagen de la serie You don´t know me, un eficaz thriller judicial / NETFLIX

Cine & Teatro

No sabes dónde te has metido

La serie 'You don´t know me' es un eficaz thriller judicial con un reparto formado por actores negros que conecta a la perfección con el espectador

24 junio, 2022 17:55

Hero (Samuel Adewunmi) es un buen chico, algo simplón, que trabaja vendiendo coches en un concesionario de Londres y considera un éxito haber esquivado la mala vida de otros chicos negros de su barrio. Un buen día, mientras vuelve a casa en autobús, se fija en una chica que le llama poderosamente la atención, Kyra (Sophie Wilde). Como no podía ser de otra manera, se enamora de ella, es correspondido y la vida parece sonreírle de forma especialmente seductora. Lamentablemente, Kyra no es exactamente quien aparenta ser y nuestro hombre lo descubre el día en que desaparece y la acaba encontrando haciendo la calle para una banda de narcotraficantes, momento en el que decide salvarla (¿de los malos o de sí misma?) y se busca la ruina. En el transcurso de sus peripecias, le vuelan la cabeza a Jamil, un camello conocido suyo, y todas las sospechas recaen sobre él. Esto es, en resumen, lo que nos ofrece la nueva miniserie de Netflix You don´t know me (No sabéis quien soy), un eficaz thriller judicial cuyo protagonista le cuenta su historia al jurado del que depende su destino (y al espectador) a lo largo de cuatro capítulos (en los que también queda meridianamente claro lo mal que lo puedes llegar a pasar si caes bajo el hechizo de un amor loco).

Una imagen de la serie You don´t know me / NETFLIX

Una imagen de la serie You don´t know me / NETFLIX

No sabéis quien soy no descubre la pólvora ni lo pretende. Es otra de esas pulcras ficciones de la BBC cuya principal novedad consiste en que el reparto es casi por completo de raza negra, lo cual introduce un inevitable ingrediente social en la trama: en el mundo de los blancos, Hero (nombre muy adecuado, por cierto) sería uno más, un vendedor de coches que se gana decentemente la vida y solo aspira a casarse y formar una familia; pero en el mundo de los negros de su barrio, el hombre es una excepción, ya que la mayoría de sus amigos del colegio han acabado, de una manera u otra, en la delincuencia. Una delincuencia que se encargará de amargarle la vida cuando crea haber encontrado a la mujer soñada, cuyo hermano se pudre en la cárcel por asuntos de drogas, y a la que tendrá que enfrentarse sin la capacidad y los recursos necesarios.

La posibilidad de mejores actores

Adaptada de la novela homónima de Imran Mahmood, escrita por Tom Edge y dirigida por Sarmad Masud, You don´t know me oscila permanentemente entre el pasado y el presente. Tras renunciar a su abogada, Hero opta por explicar su historia a los miembros del jurado y que sean éstos los que decidan si mató a Jamil o no lo hizo. De esta manera, el espectador va circulando durante cuatro episodios entre el juzgado y la narración del acusado, que puede ser veraz o no serlo y hasta ahí puedo leer para no incurrir en el terrible delito del spoiler.

El Londres cutre, habitado por desempleados, camellos y delincuentes de medio pelo ha aparecido anteriormente en muchas producciones británicas buenas, malas, regulares y a veces excelentes (pensemos en el clásico de los 70 El largo Viernes Santo, protagonizada por el gran Bob Hoskins), pero ésta es una de las primeras en que la trama se desarrolla exclusivamente entre negros, colectivo cuyas historias ha costado Dios y ayuda (y años) para llamar la atención del audiovisual. Cabe destacar también la lograda mezcla de thriller con narcos, drama judicial e historia de amour fou, pues cada uno de esos géneros da para una serie exclusiva. Si algo flojea un poco en You don´t know me es el elenco. Exceptuando a Roger Nsengiyumra (brillante en el papel de Jamil), los demás intérpretes no superan el nivel de la simple corrección cuando sus roles requerían algo más de capacidad de convicción para implicar emocionalmente al espectador en sus desdichas.

Y, por favor, que nadie vea un comentario racista en lo que acabo de escribir: no estoy insinuando que todo habría mejorado con actores blancos, sino que los elegidos tal vez no eran los más adecuados.