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Cine & Teatro

Los del Otro Lado

'Counterpart', en HBO, es una serie que trata el misterio de los universos paralelos y que, tras la primera temporada, deja con ganas de más

28 julio, 2018 00:00

Estupenda nueva serie en HBO sobre el viejo tema de los universos paralelos, que ya constituía el meollo de Fringe, propuesta muy interesante que se vio lastrada por las chapuzas narrativas de la última temporada. Veremos cómo evoluciona Counterpart, una creación de Justin Marks, pero de momento, vistos los diez episodios de la primera temporada, la cosa resulta altamente satisfactoria, combinando de madera modélica las reglas de las fantasías científicas (o pseudocientíficas) con lo que Graham Greene llamaba el factor humano.

Según la teoría de los universos paralelos, la Tierra tiene un doble de, supuestamente, imposible acceso, donde todo es igual que aquí y cada uno de nosotros tiene un doble. Las cosas que suceden en el Otro Lado, eso sí, pueden no ser idénticas a las nuestras: Elvis podría seguir vivo en el Otro Lado, por ejemplo. Ambos universos avanzan en paralelo y están llamados a no cruzarse jamás, bajo pena de que ocurran cosas incontrolables y de consecuencias funestas.

Evidentemente, en todo relato de universos paralelos que se precie debe encontrarse un portal en el espacio que permita las intromisiones de los de un lado del muro virtual en el otro. Que es lo que ocurría en Fringe, donde Leonard Nimoy controlaba nuestro universo paralelo, y es lo que ocurre en Counterpart, donde el portal se halla en un punto de la ciudad de Berlín --conocido únicamente por los gobiernos de cada universo--, que es como el muro que levantaron los comunistas --gracias, especialmente, a una decoración hecha de oficinas siniestras y pasadizos tenebrosos--, pero en una versión actualizada de la Guerra Fría. El portal lo descubrieron por error unos científicos de la Alemania Oriental, se nos informa, y a partir de ahí se acaban las explicaciones pseudocientíficas para centrarnos en los dimes y diretes de una serie de personajes.

En vez de Leonard Nimoy, el gran liante del Otro Lado es el actor fetiche de Neil Jordan, Stephen Rea, que se hace llamar Alexander Pope --como el poeta inglés muerto de tuberculosis en 1744--, obsesionado con que la epidemia de gripe que diezmó a la población de su mundo en los años 90 fue creada y propagada por científicos del nuestro, lo que le lleva a preparar una gran venganza de la que, de momento, solo hemos podido asistir a intuiciones y sugerencias.

Rea está magnífico con su perrito blanco y sus muecas de señora mayor en el papel de Pope, una mezcla de sabio loco y el estalinista Beria que da bastante miedo. Pero los principales protagonistas de Counterpart son Howard Silk (J.K. Simmons), un oscuro funcionario de los túneles que comunican ambos mundos que nunca ha sabido muy bien a qué se dedicaba la empresa para la que trabaja, y su esposa, Emily Burton (Olivia Williams), que yace en coma en un hospital desde que la atropelló un coche.

En el Otro Lado, Silk es un agente especial de métodos expeditivos y Emily ocupa un alto cargo en la organización que controla el siniestro Pope, que lleva tiempo infiltrando a sus secuaces en nuestro mundo, con intenciones que aún tenemos que descubrir. De momento, sabemos que la Emily de aquí no era lo que parecía y tenía muchos puntos de contacto con la Emily de allá. Y el intercambio de roles entre los dos Silk abre el camino a un relato que promete ir mucho más allá que esta primera y excelente temporada, que no es más que un soberbio prólogo. Continuará.