La epopeya de Bolívar (1969) / MUBI

La epopeya de Bolívar (1969) / MUBI

Cine & Teatro

La independencia latinoamericana y el cine

El héroe más evocado en la gran pantalla relacionado con esos hechos ha sido Simón Bolívar

26 diciembre, 2021 00:00

La independencia de los países de América Latina se consolidó a partir de 1820, con el comienzo del trienio liberal en España. Los llamados “libertadores” fueron Miguel Hidalgo y José María Morelos en México, el venezolano Simón Bolívar y el rioplatense José de San Martín. La batalla de Ayacucho en 1824 se considera el fin de las grandes campañas de las guerras de independencia en América Latina. Las Cortes españolas renunciaron a las posesiones americanas en 1836. El primer país que firmó un acta de declaración de independencia fue Venezuela en 1811; el último fue México en 1821-1824. La independencia latinoamericana contó con apoyo fundamental de Inglaterra y Estados Unidos.

El héroe más evocado en el cine ha sido Simón Bolívar. El personaje ha generado varias películas producidas y dirigidas desde Latinoamérica. La primera fue la cinta de Miguel Contreras (1941), de producción mexicano-venezolana. Tras ella vinieron un montón de filmes hagiográficos de Bolívar con títulos significativos: La epopeya de Bolívar (1969), Bolívar, sinfonía tropical (1979), Manuela Sáenz, que fue el gran amor de la etapa final de la vida del personaje (2000), Bolívar, el hombre de las dificultades (2013) y Libertador (2013), con Edgar Ramírez de protagonista. Las dos últimas películas estuvieron directamente promovidas por el chavismo. También ha sido muy activa la memoria chavista de personajes como Francisco de Miranda, con obligatoriedad de la proyección de Miranda regresa (2007) en pantallas, con motivo del centenario de la muerte del héroe venezolano. La única película en la que colaboró España en parte de su producción fue La epopeya de Bolívar, dirigida por el italiano Alessandro Blasetti que tuvo como protagonistas a Maximilian Schell y a Rossana Schiaffino, con un papel destacado de nuestro Paco Rabal (1969). Otros personajes han suscitado atención cinematográfica como el cura Morelos en dos obras dirigidas por Miguel Contreras (1942 y 1943); Gertrudis Bocanegra Lazo Mendoza, personaje fundamental en la independencia de México (1991); el general Manuel Belgrano, uno de los protagonistas de la independencia argentina (1971); y Mariano Melgar, héroe de la independencia peruana (1982) en una película de Federico García Hurtado.

Sobre el general San Martín, el llamado padre de la patria argentina, se ha producido también alguna cinta. Ahí están la película argentina que dirigió Torre Nilsson (1970), protagonizada por Alfredo Alcón y basada en el libro de Ricardo Rojas; el documental Por los senderos del libertador (1971); El general y la fiebre (1992) dirigida por Jorge Coscia, y Revolución: el cruce de los Andes (2010), protagonizada por Rodrigo de la Serna. Al encuentro de Guayaquil entre Bolívar y San Martín se dedicó una producción (2016) dirigida por el cineasta argentino Nicolás Capelli.

Fragmento de la película dirigida por Jorge Coscia y 'Revolución el cruce de los Andes' 2010 / FILMIN

Fragmento de la película dirigida por Jorge Coscia y 'Revolución el cruce de los Andes' 2010 / FILMIN

La independencia de Cuba y Filipinas ha estado presente como telón de fondo en varias películas españolas. Singular recuerdo suscita Raza, guionizada por el propio Franco. El padre de los hermanos protagonistas es un capitán Churruca, como el héroe de Trafalgar, que muere al principio de la obra en la guerra de Cuba. Alusiones a la guerra de Cuba hay también en La ciutat cremada, dirigida por Antoni Ribas, en la que el protagonista (Xabier Elorriaga) regresa en 1899 de Cuba, trasladándose a Barcelona, donde se desarrollará la película hasta la Semana Trágica de 1909. Al tema de la independencia cubana se dedicaron también algunas películas españolas como Habanera de José María Elorrieta (1959), la también titulada Habanera de Antoni Verdaguer (1992) o la de Mambí de Teodoro y Santiago Ríos (1998), todas ellas críticas con el esclavismo en Cuba.

Obviamente, el cine norteamericano evocaría muy pronto el tema de la guerra de Cuba. No hay que olvidar la política intervencionista de Estados Unidos en Cuba tan promocionada por William Randolph Hearst y su periódico The New York Journal, el personaje biografiado por Orson Welles en Ciudadano Kane (1941). Ciertamente, el cine norteamericano respecto a la guerra de Cuba ha sido muy crítico con España y muy favorable al Gobierno de Theodore Roosevelt. El ejemplo más expresivo es el Escuadrón de hierro de Victor Fleming (1927).

El cine cubano puso mucha épica en el tema en películas como La rosa blanca (1953) de Emilio Fernández, basada en la vida de José Martí; La mujer que se vendió (1954), Yambaó (1956), La odisea del general José (1968) y muchas más. La más interesante quizás sea Lucía de Humberto Salas (1968).

Escena de la película '1898. Los últimos de Filipinas' / REDES

Escena de la película '1898. Los últimos de Filipinas' / REDES

La independencia de Filipinas también ha tenido su eco cinematográfico. El personaje de José Rizal, el héroe filipino, suscitó dos películas de esta procedencia, pero la memoria de la independencia de Filipinas se vincula, especialmente, a la película Los últimos de Filipinas, dirigida por Antonio Román en 1945. La cinta relata un hecho real sucedido en la isla de Luzón en la que varios militares españoles resisten todo un año el asedio enemigo negándose a creer que las tropas españolas se habían retirado ya de Filipinas. En la película no hay ni una alusión crítica a los Estados Unidos. Los intérpretes fueron Armando Calvo, José Nieto, Guillermo Marín, Fernando Rey y Tony Leblanc.

En el año 2016 se produjo la película española titulada 1898. Los últimos de Filipinas, dirigida por Salvador Calvo y producida por Enrique Cerezo, en la que se describe, una vez más, el sitio de Baler. La película se rodó en Guinea. Se versiona el filme anteriormente nombrado. En ambas películas flota siempre la contradicción entre los sufridos defensores de la causa española y la triste realidad del Estado al que representaban.